Yo descubrí “La regla de las 5 P” ya hace algunos años. Y tiene todo el sentido. ¿Cuántas veces su desempeño fue por debajo de lo esperado simplemente porque faltó planificación, o debido a que usted presumió lo que otros iban a hacer o deberían haber hecho, pero no lo hicieron y lo abandonaron?
Planificar implica anticiparse. Requiere esfuerzo mental, imaginación, suposición, preparación y organización. Parece difícil, pero la aparente dificultad tiene mucho más que ver con el hábito de no planificar que con la complejidad en sí. La mayoría de nosotros no desarrolló la costumbre de planificar, solo la de improvisar y buscar una manera.
A veces es necesario improvisar. Las situaciones perfectas no existen y no siempre hay tiempo o recursos suficientes para hacer una planificación adecuada. Pero cuando algo realmente importa (y cuando se trata de trabajo, casi todo importa), es necesario invertir tiempo al principio para planificar para después no lamentarse.
Pruebe comenzar cualquier trabajo o proyecto con una planificación. Comience temprano, no deje nada para el último minuto. El tiempo que usted piensa que no tiene para hacer eso será economizado después, cuando su desempeño discurra con excelencia y sin problemas.
Grávese esta regla. Péguela de fondo de pantalla, en la pizarra de su empresa, en su heladera… Repítasela en voz alta siempre que pueda – hasta que se vuelva parte de usted.
Planificación perfecta previene performance patética.
Y claro, practique.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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