“Ya no tengo depresión ni deseos de muerte”
Norma: “Durante doce años sufrí de dolores de ovarios. Debido a eso, muchas veces terminaba internada durante dos o tres días. Buscaba ayuda en profesionales, pero no conseguía la respuesta. Esa enfermedad me llevó a la depresión, porque no podía realizar una vida normal, no podía trabajar ni estudiar. Un día llegué a la reunión de los viernes y comencé a ver la mejoría en mí. Me sentí mejor, con fuerzas y ganas de vivir. Ya no tenía depresión ni deseos de muerte. Hoy tengo paz y alegría”.
Tenía insomnio, vicios y pesadillas
Leonardo: “Yo tenía vicios de marihuana, cigarrillo, alcohol, cocaína y pasta base. Muchas veces, cobraba mi sueldo y lo gastaba todo en las drogas. En una oportunidad, terminé en el hospital por una sobredosis. Por las noches no podía dormir a causa del insomnio y los vicios. Cerraba mis ojos y empezaba a tener muchas pesadillas con muertos o soñaba que me moría, cosas muy feas. Después de asistir a las reuniones de los viernes y tocar el manto consagrado, fui libre de todo eso. Hoy soy feliz”.
Tocó el manto y se liberó de la angustia
María: “Yo sufría de depresión. Eso me había generado enfermedades en los pulmones, los huesos y el estómago. Iba a los hospitales y a los curanderos, pero la solución era momentánea. Luego, volvía la depresión y la angustia. Hasta que un día decidí ir a la Iglesia Universal. Allí toqué el manto consagrado y mis problemas fueron desapareciendo. Cada enfermedad que tenía desapareció. Encontré paz y alegría. Tenía ganas de salir corriendo para invitar a otras personas a que participaran”.
Si los problemas no lo dejan en paz y quiere ser libre de los tormentos espirituales, participe de la Reunión de Liberación a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h y 20 h, en la Universal más cerca de su domicilio.
Si usted quiere comunicarse con nosotros, puede hacerlo llamando al (011) 5252-4070.