Todos los seres humanos poseen una fuerza invisible en su interior. Un poder que puede cambiar sus vidas, independientemente de la situación en la que viven. Sin embargo, no siempre es fácil acceder a esa fuerza, porque ella exige la entrega total a Dios.
Quien explicó esto es el obispo Edir Macedo, durante la reunión realizada el 29 de noviembre, en Lisboa, Portugal. Aproximadamente 1800 personas estuvieron presentes y pudieron entender cómo alcanzar y hacer uso de esta fuerza, que es concedida por el Espíritu Santo.
Según el obispo, este poder capaz de librar al hombre de cualquier problema que lo aflige y de traerle paz es la fe, y el lugar para despertarla es el altar. “El altar es donde resolvemos nuestros problemas. Es el lugar donde nos encontramos con Dios. Dios nos da el altar, el lugar del sacrificio, y el mismo Dios le da la fe a las personas para que puedan subir al altar y sacrificar. Así que depende de cada uno, cada uno tiene que hacer su parte.”
La entrega que transforma
El sacrificio, sin embargo, debe ser total. Solo la entrega al Señor puede transformar la vida de alguien, aunque no todos están dispuestos a hacerlo. “No todos están en esta fe, no todos tienen el coraje de levantarse, subir al altar y poner su vida, porque no todos están desesperados. Es el todo suyo por el todo de Dios. Y si no es así, no sirve.”
Para realizar este sacrificio, se presenta la Hoguera Santa. Ir al altar seguro, dispuesto a entregarse al Señor es un acto especial y único capaz de transformar una vida.
Si usted también quiere experimentar el cambio en su vida, participe hoy mismo en una reunión de la Universal más cercana a usted.
(*) Colaboró Folha de Portugal
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