Tenés que saber que todos los que se resisten a rendirse, a someterse a Dios por completo a través del «¡Heme aquí!», se encuentran así:
Aún nada ni nadie los sacia.
Aún permanecen tristes sin razón aparente, incluso estando dentro de la iglesia.
Aún siguen frustrados en sus sueños, sin lograr lo que quieren o lo que realmente necesitan.
Aún no encuentran un sentido para priorizar lo que para Dios es lo principal, el Espíritu Santo.
Aún luchan contra el Altar, es decir, se resisten al sacrificio, a entregar la propia voluntad todos los días, hasta el final.
Aún piensan que se pueden tomar unas vacaciones de la fe, de Dios, de la obediencia e ignoran el peligro.
Si te encontrás así, el Espíritu Santo hizo este blog para que puedas leerlo, para que entiendas que la única manera de ser transformado, realizado, completo y feliz es teniendo acercamiento, afinidad, intimidad y gozo de ir al Altar del Dios Vivo.
Leé:
«Envía Tu luz y Tu verdad; que ellas me guíen, que me lleven a Tu santo monte, y a Tus moradas. Entonces llegaré al Altar de Dios, a Dios, mi supremo gozo; y al son de la lira Te alabaré, oh Dios, Dios mío.» Salmos 43:3-4
«Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de EL SEÑOR PROVEERÁ, como se dice hasta hoy: En el Monte del Señor se proveerá.» Génesis 22:14
Orientaciones prácticas:
No mires o preguntes quién está o no participando de la Hoguera Santa, ni mucho menos le preguntes al pastor, a la esposa, al obrero, al miembro o a un familiar.
No te enfoques en el pedido, en dónde escribirás: «¡Heme Aquí!», mejor enfocate en hacer lo que el Espíritu Santo te revele, lo que tenés sacrificar, para demostrarte a vos mismo el temor que Le tenés a Dios, porque Él ya sabe todo y no necesita nada.
Durante el momento de la entrega, de la búsqueda del Espíritu Santo en tu iglesia, acercate al Altar y buscá, no Le niegues a Dios lo que Él te pida y decile: «¡Heme Aquí!».
Preparate para subir al Altar el día que tengas todo listo, cuando ya no haya nada más que hacer, confesar, dejar de hacer o entregar.
Podrás subir al Altar y cumplir con tu holocausto cualquier día, a partir del domingo 7 hasta el último día de julio.
Podrás subir al Altar a partir del momento en que tu entrega sea total y tu sacrificio esté completo. Cuando estés listo espiritualmente, podrás subir para presentar tu sacrificio: con la leña, con Isaac, con la cuerda, con el fuego y el cuchillo.
Pero una sugerencia, el domingo 14, todos debemos subir al Altar siendo el proprio sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, preferentemente en ayuno.
De esta manera, no le pondremos límites a nuestra fe ni a la acción del poder de Dios en nuestras vidas.
Solo quiero ayudarte a servir más y mejor a nuestro Padre.
Dios está con vos y yo también.
Obispo Júlio Freitas