La importancia de reconocer a un buen médico es pieza fundamental del cuidado de nuestra salud
Un estudio hecho recientemente en la Universidad de Friburgo, en Alemania, ha revelado que la mayoría de los pacientes quisieran estar mejor informados sobre la competencia de los médicos a los que acuden; saber más, por ejemplo, de los tratamientos que aplican y de los resultados que obtienen. Sin embargo, las normas del ejercicio de la medicina en Alemania –al igual que en muchos otros países— prohíben a los médicos hablar de esto. Todo aquello que pudiera considerarse publicidad es Tabú. Mucha gente se pregunta si será necesario conformarse con andar a tientas en la oscuridad cuando se quiere conocer la competencia de un médico. La respuesta es no. No es tan difícil reconocer a un buen médico, alguien que sea un auténtico profesional de la medicina. Un consultorio amueblado con la mayor elegancia o equipado con los últimos adelantos tecnológicos no necesariamente refleja la calidad de los servicios del médico. Hay, en cambio, algunos otros aspectos que hasta la persona más lega en medicina puede evaluar. He aquí algunos de los puntos más relevantes para saber cómo reconocer a un buen médico:
-La atención médica debe centrarse en el paciente, sus molestias y sus temores. Por desgracia, muchos médicos no están bien capacitados en este aspecto. En un número reciente de cierta publicación especializada, un funcionario de sanidad criticó el hecho de que está surgiendo una nueva clase de médicos que dejan en gran medida la responsabilidad del diagnóstico a la tecnología. “El paciente es primero” debe ser el lema de todos los médicos.
-Administración del tiempo. Casi todos los pacientes quisieran que el médico les dedicara más tiempo, y tienen razón. Destinar un lapso razonable al reconocimiento es uno de los requisitos elementales del arte de la atención médica porque entre otras cosas, ayuda a evitar equivocaciones por descuido. Los médicos que se empeñan en ahorrar tiempo sacrificando la calidad de la consulta también ponen en riesgo la calidad del diagnóstico. Un reconocimiento efectuado en un ambiente de tranquilidad será más completo y dará mejores resultados.
-Modestia. Sostener que un internista es un experto en todos los aspectos de su especialidad es una mentira fundamental de la medicina. Y según una encuesta realizada en Londres, el 94 por ciento de los pacientes desearían que los médicos estuvieran más dispuestos a reconocer sus límites profesionales, a enviar al paciente a consultar otros médicos y a cooperar con éstos.
-No sólo recetas. Muchos médicos todavía hacen una receta por cada consulta, y casi la quinta parte de las consultas terminan con la renovación de la prescripción anterior. Si el médico se pone a escribir en su bloc de recetas antes de que usted haya terminado de describirle sus síntomas tenga cuidado. Si bien es cierto que muchas de las dolencias que aquejan a los pacientes se parecen y requieren tratamientos semejantes, también lo es que el médico está obligado a escucharlos atentamente de principio a fin.
Saber reconocer a un buen médico es una habilidad que todos debemos desarrollar, ya que ninguno de nosotros está exento de vernos en la necesidad de acudir a uno en algún momento dado, ya sea con fines preventivos o para consultar una dolencia específica. Si bien la profesión del médico es una de las más nobles que existen también es una sobre la que pesa mayor responsabilidad, pues su campo de trabajo es la salud de todos nosotros.