¡1° Domingo del Agua Viva en el Templo de los Milagros, donde juntos participamos de la Santa Cena!
Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: ¿Quieres ser sano? El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu camilla y anda. Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y echó a andar. Juan 5:5-9
Jesús quiere que interactuemos con Él, por eso, debemos actuar y asumir la fe para ver resultados.
Cuando la persona tiene una fe religiosa, ella siempre busca a quién culpar por sus frustraciones, pero, si el milagro no pasó aún, es porque no se asumió la fe.
La Fe Bíblica nos hace actuar, hace que no esperemos por nadie, solo por Dios y por uno mismo.
Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. Juan 1:12-13
Dios no hace acepción de personas, quiere que todos seamos de Él, pero, para ser de Él, debemos creer en Él.
Creer en Dios es entregarse, no significa pertenecer a una religión. Creer es obedecer Su Palabra y lo que Él manda, incondicionalmente, a pesar de la opinión ajena y de lo que pase.
No todos somos Hijos de Dios, pero debemos pasar a serlo. Esta es una decisión que parte de uno mismo.
Uno es humano y está sujeto a sentir, pero estos sentimientos, cuando somos nacidos de Dios, están en su debido lugar y no nos dominan.
Si nos dejamos dominar por lo que sentimos, nos convertimos en esclavos.
El diablo nos trae la tentación, pero no nos obliga a caer. Dios también Se encarga de traernos Su Palabra, pero no nos obliga a creer en ella.
Dios perdona y restaura, pero las consecuencias son inevitables. No podemos ser perfectos, pero podemos buscar ser sinceros.
Y el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas y toma para ti los bienes. Y Abram dijo al rey de Sodoma: He jurado al Señor, Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra, que no tomaré ni un hilo ni una correa de zapato, ni ninguna cosa tuya, para que no digas: «Yo enriquecí a Abram». Nada tomaré, excepto lo que los jóvenes han comido y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Escol y Mamre. Ellos tomarán su parte. Génesis 14:21-24
El mal no va a aplaudirnos cuando hacemos lo correcto, él va a usar personas o hasta situaciones para que defraudemos a Dios, pero no podemos rendirnos.
Porque el Señor da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. Él reserva la prosperidad para los rectos, es escudo para los que andan en integridad. Proverbios 2:6-7
La 3° característica del que es Fiel a Dios es que él se une a quienes están en la misma fe.
Estas características hicieron de Abram un hombre riquísimo, a tal punto de que su nombre fue cambiado a Abraham.
En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde. 1 Pedro 3:8
Ser fraternal es considerar al otro como hermano. Pero cuando hay hermandad no hay necesidad de explicar, uno es directo.
Hay que ser misericordiosos y perdonar a pesar de los errores que se comentan entre nuestro vínculo familiar.