Ir a la Casa de Dios debe ser motivo de alegría. El rey David entendía eso:
“Yo me alegré cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor.” (Salmos 122:1)
La iglesia es la casa de Dios. Todos son bienvenidos allí. Además, Dios tiene el mayor placer de recibir a las personas en Su casa. Y, sabiendo esto, muchos se creen con el derecho de hacer lo que quieren en un lugar Santo, olvidándose de que el respeto y la reverencia deben mantenerse.
Para ayudar en el cambio de mentalidad que muchos aún traen, de que si es la Casa de Dios puede hacer lo que quiere, elaboramos una pequeña guía con 10 cosas que no podemos hacer en la iglesia. Si esto fuere puesto en práctica, las experiencias que usted comenzará a vivir en su vida espiritual serán infinitamente mejores.
Vamos allá:
1-Llegue a tiempo:
Sabemos que el volumen de compromisos diarios es enorme y que el tránsito, principalmente en las grandes ciudades, no colabora mucho. Pero, si usted se propuso ir a la iglesia, sabe que el culto tendrá un horario para comenzar y para terminar, y que cada momento durante su realización es importante. Prográmese para llegar con algunos minutos de antecedencia, así, cuando la reunión comience, no parecerá que usted cayó de paracaídas, sin entender nada. Piense en los imprevistos que pueden suceder y dificultar su llegada a tiempo, y prevéngase contra ellos. Y recuerde la parábola de las cinco vírgenes que no entraron a las bodas a tiempo (Mateo 25:1-13). Sea prudente.
2-Evite conversaciones:
A veces será necesario hacer alguna pregunta a la persona de al lado o incluso explicar rápidamente algo, pero la conversación es algo que no conviene. Usted llegó allí para aprender más de Dios y oírlo. Estar conversando muestra que usted no está muy interesado en lo que Él tiene que decir. Nada de llevar cámaras de fotos y usarlas durante el culto. Recuerde que no es un show. Si fuere permitido entrar con el celular, utilice el sentido común. Déjelo en modo silencioso. Lo más coherente es avisar, en el caso que esté esperando alguna llamada, que en ese momento no podrá atender, pero que retornará la llamada tan pronto como termine. Y, en el caso de que no sea posible no atender, retírese discretamente y diríjase hasta un lugar donde pueda hablar, rápidamente, sin molestar a los demás.
3-Lleve la Biblia:
¿Qué impresión transmite el alumno que va a la escuela y no lleva ningún tipo de material? Si usted va a la iglesia y no lleva el Libro que contiene la Palabra de Dios, ¿qué demuestra entonces? Y, si usted aún no tiene una, provéase de una cuanto antes.
4-Vístase con decoro:
Observe que aquí no estamos hablando de marca, estilo o lo que quiera que sea. Decoro es respeto al ambiente en el que usted está. Las personas últimamente han tenido mucha dificultad con esa regla de etiqueta. Cada ocasión y lugar requieren la ropa adecuada. Así como no tiene sentido que usted vaya a disfrutar de la playa con traje, corbata y zapatos sociales, tampoco tiene sentido estar en la iglesia con escotes profundos, transparencias extremadamente reveladoras, gorras y similares. Por supuesto que muchas personas, en un primer momento, llegan a la iglesia así y jamás serán rechazadas por eso. La iglesia es como la sala de emergencias, solo que del alma. Pero siempre piense de la siguiente manera: si fuere invitado a un evento con autoridades de todo el mundo, ¿cómo se vestiría? Dios tiene toda la autoridad del universo, ¿Él no es digno de que usted se vista para Él tan bien como se vestiría para las autoridades terrenales? ¿Recuerda su primera cita? Usted quería estar presentable, ¿no es así? Entonces, Dios es nuestro primer amor. ¿No sería interesante vestirse así también para Él?
5-Compórtese:
Vaya al baño antes de que comience la reunión, evitando circular durante la prédica, distrayendo a las demás personas. Si sabe que tendrá sed, lleve su pequeña botella de agua. Verifique el funcionamiento de un área específica para niños. En el caso de que no haya, siéntese en un lugar de fácil acceso a las salidas, baños y bebederos. Los niños tienen necesidades diferentes a la de los adultos y usted puede necesitar salir en medio de la reunión para atender eso. Lo mismo es válido para personas mayores y con necesidades especiales. Facilíteles la vida.
6-Evite orar en voz alta:
“Dios es Espíritu; y los que Le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 2:24)
¿De qué sirve orar en voz alta si su mente está en todos los lugares menos en lo que está diciendo? Y, por estar hablando tan alto, las personas al lado pueden no estar concentrándose. A no ser en un clamor debidamente orientado por el pastor, por favor, mantenga el tono de voz bajo. Solo Dios necesita saber lo que usted tiene que decir, e incluso Él ya lo sabe. Nuestros pensamientos son palabras a los oídos de Dios. La oración, en realidad, es la extensión de todo lo que pensamos. Cuando utilizamos las palabras, Dios ya escuchó todos nuestros pensamientos.
7-No se retire antes de que la reunión termine:
“No te apresures a irte de Su presencia…” (Eclesiastés 8:3)
Prográmese para estar en el período completo. Sabemos que habrá días en los que salir antes será inevitable. Pero no permita que eso suceda de forma recurrente. Retirarse mientras la reunión aún está en curso es como salir y dejar a Dios hablando solo.
8-No se apresure a prometer nada:
“Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.” (Eclesiastés 5:1)
No haga votos con Dios que no cumplirá. No se apresure a prometer cosas que no va a esforzarse para hacer: “Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.” (Eclesiastés 5:5)
9-Ofrezca su mejor en todo:
Todo lo que usted hace para Dios es una Ofrenda. Entonces, cuando también esté en Su Casa, ofrezca su mejor: su mejor atención, su mejor oración, su mejor disposición (aunque esté cansado). Es tan bueno cuando estamos con alguien que demuestra eso hacia nosotros, imagine entonces cómo Dios se siente.
10-Siga las normas del lugar:
Cuando alguien llega a su casa, usted con certeza lo dirige hacia los lugares más adecuados, porque es usted quien conoce mejor el lugar y quiere recibir a esa persona de la mejor manera posible. ¿A usted le gusta que se comporten de cualquier manera en su casa? Entonces no haga eso en la Casa de Dios. El respeto demuestra la honra que usted le tiene a Él. Ese es un Lugar Sagrado. Siga las orientaciones preestablecidas. Las personas que están allí para recibirlo siguen toda una orientación para que su permanencia sea agradable. No las ignore.
Y lo más importante: no vaya a la iglesia con una actitud religiosa. Entienda que allí usted escuchará la voz de Dios y hablará con Él también:
“Ahora estarán abiertos Mis ojos y atentos Mis oídos a la oración en este lugar;
porque ahora He elegido y santificado esta casa, para que esté en ella Mi Nombre para siempre; y Mis ojos y Mi corazón estarán ahí para siempre.” (2 Crónicas 7:15-16)
Salga de allí listo para obedecer todo lo que Él le orientó, no para cumplir un ritual.
Comparta este mensaje con sus amigos y familiares.
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