El primer informe sobre la prevención del suicidio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), divulgado a comienzos de septiembre de 2015, mostró que aproximadamente 800 mil personas se suicidan por año en el mundo. Eso representa una muerte cada 40 segundos. Cerca del 75% de los casos suceden en países con ingresos entre medios y bajos.
Envenenamiento, ahorcamiento y armas de fuego están entre los métodos más comunes de suicidio en el mundo. Países como Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Estados Unidos, entre otros, cree que limitar el acceso a esos medios puede ayudar a evitar el suicidio.
Realmente restringir el acceso de las personas a objetos que las lleven a cumplir sus metas podría disminuir los números de muertes, pero, infelizmente, los medios para que una persona cometa suicidio son diversos, y una persona convencida de la muerte terminaría encontrando otra forma para quitarse la vida.
Lo mismo sucede en el campo espiritual. Cuando algunas actitudes dejan de practicarse, el camino para la muerte espiritual es fatal.
Vea a continuación 10 señales de que usted puede estar actuando así:
Dejar de leer la Biblia: Las personas que dejan de leer la Biblia, automáticamente dejan de oír la voz de Dios. De esa forma, no saben cuál es Su voluntad, porque la Biblia es la fuente de la vida. En ella está expresada la voluntad de Dios para nosotros.
Dejar de orar: La oración es un arma poderosa contra las cosas invisibles que nos rodean todo el tiempo, entonces, dejar de practicarla es muy perjudicial.
Dejar de adorar: La persona fácilmente se distrae, sus pensamientos se enfocan en otros temas y termina quedando vacía. Ella ora, alaba, adora, pero es como si no estuviera allí. Sus pensamientos son otros y la adoración a Dios deja de ser pura.
Estar lejos de la iglesia: Hay personas que se excusan con la falta de tiempo, cansancio, que Dios sabe lo que ellas necesitan, dejando así de expresar su dependencia en Él. Cuando nos distanciamos de Dios y de Su casa, nos acercamos a las cosas que nos llevan al mal camino.
Estar lejos de los hermanos de la fe: Muchos se preocupan más con lo que las personas piensan y esperan de ellos, que con lo que Dios piensa y espera. Por eso, evite estar lejos de lo que profesan la misma fe que usted y juntarse con lo que sirven al mal. Eso puede llevarlo a los caminos del sufrimiento.
Deshonrar a sus líderes: Cuando la persona se rebela, en realidad quiere imponer su voluntad. Por eso, miente, guarda rencor, tiene envidia, juzga, desobedece, se revela. Es necesario tener temor y respeto por aquellos que enseñan la Verdad.
Hacer de la diversión su prioridad: Pasear y divertirse es algo natural y debe realizarse, pero priorizar el ocio y despreciar a Dios es algo que debe evitarse.
Huir de los enfrentamientos: Los problemas de la vida son inevitables, pero siempre encontramos soluciones y respuestas rápidas para ellos. Sin embargo, cuando la batalla se da en el campo espiritual, vale recordar que lo mejor que hay que hacer es encontrar el equilibrio espiritual entre la fe y la práctica de la Palabra de Dios. Y si usted no encuentra este equilibrio por la falta de comunión con Dios, ciertamente no tendrá éxito en su batalla.
Negar el perdón: La persona que niega el perdón trae para sí un peso muy grande, pues el rencor y la amargura traen tristeza, depresión y, la mayoría de las veces, enfermedades serias. Por eso, no es bueno cargar este sentimiento, que no le traerá ningún beneficio e incluso puede reflejarse en aquellos que están a su alrededor.
Hablar de los otros: El chismerío es un veneno que entra por los oídos y ojos. Puede considerarlo inofensivo, pero es un mal que la propia Biblia condena. Y si realmente quiere hablar de alguien, hable del Señor Jesús.
¿Se identificó con algunos de los ítems de arriba? Busque ayuda espiritual, acérquese a una Universal más cercana a su domicilio y participe de una reunión.
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