¿De qué sirve acreditar y no creer?
¿Cuántos han sido engañados por acreditar en la Biblia y no haber creído en ella?
¿Por haber acreditado en Jesús y no haber creído en Él?
Acreditar y creer suenan casi igual en el lenguaje actual, pero en los escritos originales del Nuevo Testamento, el griego, el significado del verbo creer va mucho más allá.
Acreditar es como dar un voto de crédito por algún tiempo. Creer es como dar un voto de crédito por todo el tiempo, independientemente de las circunstancias.
Podemos decir que acreditar es estar de novio sin compromiso. Creer es casarse sin derecho a divorcio.
En términos bíblicos, creer implica la dedicación total de la vida a la persona en la que se cree. Significa honrar la palabra empeñada en el compromiso asumido en el Altar hasta la muerte.
En los comentarios de mi blog, he notado que muchas personas han acreditado que Jesús existe, pero no han creído en Él de verdad. Están más preocupadas por recibir que por dar.
Recibir el Espíritu Santo, recibir paz, recibir alegría, hablar en lenguas extrañas, recibir nueva vida, recibir, recibir, recibir.
Lo mismo sucede en relación al matrimonio, hay más deseo de ser feliz que de hacer feliz al otro. A causa de acreditar y no creer uno en el otro, muchos matrimonios han sido un verdadero infierno.
También ha sido un infierno la vida de muchos falsos cristianos. ¿De qué sirve tener fe para conquistar las riquezas del mundo y no tener fe para creer (entregar) la vida al Señor Jesús?
El diablo aprovecha, hace lo que se le antoja en la vida de los falsos porque usan su mentira, engaño e hipocresía.
Quieren nueva vida, pero no quieren renunciar a la vieja.
Quieren primero recibir, pero no quieren primero dar.
Quieren cosechar, pero no quieren sembrar.
¡Es imposible!
Mientras tales “cristianos” no aprendan a dar, a sacrificar y a entregarse, jamás aprenderán a recibir.
Si no tienen fe para creer y obedecer a través del sacrificio de la propia vida, ¿cómo la tendrán para recibir la Salvación?
El Señor Jesús fue bien claro:
Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:37-38
La sed espiritual se caracteriza por el vacío en el alma. Para que sea saciada hay que ir a Jesús y rendirse a Él 100%.
Cuando esa condición es satisfecha la persona recibe al instante el bautismo con el Espíritu Santo.
Creer en Jesús exige la renuncia total de la vida.
Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9:23
No significa que va a dejar las obligaciones de lado y va a vivir en la iglesia, sino que la voluntad del Señor Jesús sea la prioridad en todo en su vida. Primero que familiares, seres queridos, su propia vida, su reputación, su nombre, en fin, Él tiene que ser el Centro de sus atenciones.
¿Qué tipo de relación ha tenido usted con Él?
¿Ha creído o ha acreditado en Él?
No sirve de nada intentar engañarlo, porque Él conoce bien su interior. Él sabe si usted quiere estar de novio, flirtear, pasar el rato o ser amante. Pero conoce también a los que quieren compromiso por toda la eternidad.
¡Que el Señor Jesús sea glorificado en su vida!
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