Los años pasan y, si no alcanzamos un desarrollo espiritual, el tiempo podría convertirse en nuestro peor enemigo. ¿Quién no conoce a alguien que se desanimó en la fe y decidió dejar atrás todo lo que logró con tanto esfuerzo?
Por eso, nuestra vida espiritual siempre debe mantenerse alimentada y nuestra fe activa. Un simple descuido podría abrir una brecha para que el diablo siembre las dudas y, consecuentemente, el desánimo.
La persona que tuvo la experiencia verdadera del “nuevo nacimiento” desea, en su interior, el alimento espiritual que proviene de Dios. Por lo tanto, no se involucra con las cosas de este mundo (Efesios 5:18).
El apóstol Pablo les dijo a los tesalonicenses: “Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más”. 1 Tesalonicenses 4:1
Muchos tienen un concepto equivocado acerca de la vida cristiana, piensan que todo el “esfuerzo” termina en el bautismo en las aguas cuando, en realidad, es a partir de allí que justamente comienza nuestra caminata en la fe. Por eso, debemos vigilar todo el tiempo para que no nos volvamos presas del diablo (1 Pedro 5:8).
Mientras estemos en este mundo, debemos “pelear la buena batalla” hasta el fin de nuestras vidas (2 Timoteo 4:7). Si, caso contrario, retrocedemos en la fe, perdemos la garantía de la Salvación, independientemente de los años de iglesia que tengamos, o si nos fueron confiadas responsabilidades dentro de la institución.
Y para no descuidar nuestra fe es necesario que maduremos espiritualmente: “Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” Hebreos 5:13-14
Ayuno de Daniel
A partir del 22 de septiembre, la Universal realizará el Ayuno de Daniel. Será algo muy especial, porque la persona que participe no solo se privará de informaciones seculares y se alimentará de contenidos edificantes, sino que se convertirá en una ofrenda viva para Dios.
Para agradar al Espíritu Santo
Este será el tema de los 21 días. Cada día usted se esforzará para agradar a Dios. Examinará su interior y se preguntará a sí mismo: “¿Qué puedo hacer para agradarlo?”. Al final del día, usted anotará lo que hizo.
Además, podrá leer la Biblia, el blog del obispo Macedo diariamente, escuchar la Palabra Amiga, ver videos por Univer Vídeo, leer un libro de la iglesia y participar de las reuniones en la Universal.
Para más información, acérquese al Templo de la Fe, ubicado en Av. Corrientes 4070, Almagro, o a cualquier Universal del país. También puede llamarnos al (011) 5252 4070.