¡3° Domingo del Agua Viva, en el Templo de los Milagros, con la Bendición para todos los padres!
El Señor mandará que la bendición sea contigo en tus graneros y en todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da. Deuteronomio 28:8
Dios no bendice a negligentes, perezosos o acomodados, porque Dios es un Dios de acción, Él reacciona a nuestras acciones, a los que Le sirven, Le honran y trabajan.
El momento más difícil de nuestra vida es el mejor momento para que Dios entre en acción.
Después de estas cosas la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo:
No temas, Abram, yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande. Y Abram dijo: Oh Señor Dios, ¿qué me darás, puesto que yo estoy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco? Dijo además Abram: He aquí, no me has dado descendencia, y uno nacido en mi casa es mi heredero. Pero he aquí que la palabra del Señor vino a él, diciendo: Tu heredero no será este, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero. Lo llevó fuera, y le dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y Abram creyó en el Señor, y Él se lo reconoció por justicia. Génesis 15:1-6
Dios siempre llena lo que está vacío. Él no quiere dejar ningún espacio.
Hasta el mal quiere llenar ese vacío, a través de enfermedades, malos ojos o depresión.
Dios quiere llenarnos a través de Su Espíritu, que es Poder para vencer las debilidades e inclinaciones, es Fuego que nos hace Vencer.
Cuando conozco a Dios, y percibo que hay un vacío, ese vacío es Espiritual. Por más que hagamos cadenas, propósitos, seamos diezmistas u ofrendantes, estamos vacíos en el interior. No hay certeza de la Salvación, no hay Alegría ni Paz.
Abram tenía esposa, pero estaba vacío. Dios le dijo que salga de su parentela y él obedeció, Le hizo 7 promesas y una es que sería padre. Abram entendió que Dios llena todo pero que debe haber sinceridad.
El problema está, cuando nos conformamos o ya pasamos a vivir con ese vacío, nos tornamos en religiosos.
Dios inició la conversación con Abram y él pensó con inteligencia, no con religión. Dios queria que abram abriera su visión.
Cuando nos enfocamos en el problema perdemos la visión, no es que debamos ignorar el vacío, pero nuestro foco no puede estar en él.
Es decisión y no emoción. Cuando Dios le habló a Abram, él creyó.
Cuando somos sinceros en nuestra Fe, no estamos conformes con el Vacío. Sabemos qué está faltando y que lo principal es el Espíritu Santo.