Es un mito que son todos hijos de Dios.
Si todos fueran hijos de Dios el mundo no estaría como está. El hijo de Dios tiene el ADN de su Padre, no miente, no roba, no adultera, su palabra es sí o no y enfrenta todo.
Esta es la 4ª verdad sobre los hijos de Dios:
Hijo de Dios es quien es guiado por el Espíritu de Dios.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios (…) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…” Romanos 8:14, 17
El hijo de Dios se somete al liderazgo y a la dirección del Espíritu de su Padre. Si el Padre le dice que no haga algo no lo hace. La Biblia dice que el Señor Jesús fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Filipenses 2:8).
El hijo del diablo o del mundo no se somete a nadie a no ser a su propio padre: el diablo o el mundo. Es indomable, no acepta ser guiado. La persona que no es nacida de Dios quiere hacer su propia voluntad o la de su padre el diablo.
Así como el Padre es la Palabra, el hijo también incorpora esta Palabra en su carácter. Tiene el mismo carácter que su Padre, hace lo que dice. Eso es muy importante. ¿Quiere ver a alguien de Dios? Él empeña su palabra y la cumple, es responsable.
Lo que falta en este mundo es palabra. El hijo de Dios da la cara, es honesto.
El hijo de Dios tiene los mismos pensamientos que su Padre (la mente de Cristo), quiere lo que Dios quiere.
Por eso, solamente quien es espiritual (nacido del Espíritu) comprende las cosas espirituales.
Quien no es espiritual (no nació) solo comprende las cosas materiales.
Quien es guiado por el Espíritu sacrifica lo que el Espíritu pide; tiene oídos para oírlo.
Quien no se deja guiar por el Espíritu, hace lo que cree que es mejor y siempre se decepciona.
El hijo no se avergüenza de pedirle al Padre lo que necesita, porque es consciente de que es heredero.
Pero cuando la persona duda sobre si será atendida; cuando le da vergüenza pedir porque cree que no lo merece… es porque aún no se tornó hija de Dios. Los hijos tienen intimidad con el padre, no golpean la puerta, entran, comparten lo que es de su padre. Si usted tiene vergüenza es porque no es hijo.
Por lo tanto, su pedido debe ser convertirse en un hijo de Dios, por encima de cualquier otro pedido o bendición.
¿Quiere ser hijo de Dios? Deje que Él lo guíe. Él va delante, usted detrás. El resto, Él lo hará.
DECISIÓN: Me dejaré guiar por el Espíritu Santo y obedeceré lo que Él me pida.
¿Usted cree que hay algo mejor que ser guiado por el Espíritu de Dios? Por eso debe decirle: “Señor, este viejo hombre ya me hizo mucho mal, guíame”. Déjese guiar por Él.
“Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10).
¿Usted prefiere hacer su voluntad o que Dios haga la de Él?
Piense en eso.
Dios le bendiga.