Muchas veces, en el calor del momento, los padres le dicen cosas a sus hijos antes de reflexionar. Incluso, en la infancia es cuando se construye la personalidad de un ser humano. Por eso, el Universal.org.ar muestra 6 frases que deben evitarse, con el fin de que no se arraiguen en los pequeños y creen problemas posteriores. Vea a continuación:
1- ¡La culpa no es tuya!
Al menos que la culpa realmente no sea del niño, jamás diga eso. Librar al hijo de los resultados de sus elecciones es un hecho grave. Si él se equivocó, hágalo asumir su error. Si ofendió a alguien hágalo pedir disculpas.
El escritor Renato Cardoso, que ministra la reunión Transformación Total de Padres e Hijos juntamente con la esposa, Cristiane Cardoso, afirma: “Cuando los padres libran a sus hijos de las consecuencias de sus errores y aciertos, nunca permiten que los hijos desarrollen el sentido de responsabilidad.
2 – ¡Solo me das disgustos!
En primer lugar, eso no es verdad. Un hijo es una bendición, por más que, algunas veces, involucre situaciones difíciles. Al decir esto, el adulto planta inseguridad en el niño e ignora todos los momentos buenos pasados con él, siendo injusto con el hijo y generando indignación.
La Biblia dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Efesios 6:4
3- ¡Tonto! ¡Perezoso!
Algunas veces la falta de paciencia de los padres causa situaciones peligrosas. “La personalidad de un niño o adolescente es muy delicada”, explica la escritora Tânia Rubim. “Cada niño necesita ser respetado en sus individualidades.”
Cuando usted ofende a su hijo de esta manera, hace que lo crea, sacándole la voluntad de intentar aprender y desarrollarse. Respete el tiempo de cada uno y ayúdelo mientras pueda, siempre incentivándolo.
4- ¿Por qué usted no es igual a su hermano?
Las comparaciones entre hermanos generan rivalidad y celos. Decir que uno es mejor que el otro dejará a ambos desequilibrados: uno pensando estar arriba de los demás, otro creyendo que nunca será tan bueno como debe ser.
No se debe esperar o exigir que un hijo sea como otro. “Los padres deben buscar ser un ejemplo para sus hijos, en todo”, afirma Renato Cardoso.
5- ¡Usted es el mejor!
No ponga a su hijo arriba de los demás. Él será orgulloso, narcisista, intransigente. Los elogios tienen límites, así como el comportamiento de los hijos también debe tener. No diga que ellos merecen o no merecen.
Renato Cardoso afirma: “Los padres deben ser equilibrados, permitir ciertos errores de sus hijos y no vivir retándolos en todo momento por cualquier cosa. Pero, en las cosas principales, deben ser firmes y justos.”
6- ¡Siempre haces todo mal!
El comportamiento de una persona no cambia solo porque otro quiere, aunque este otro sea su padre o su madre. Decir cosas como “nunca te comportas bien” no mejorará la actitud del niño.
Los hijos se comportan mal algunas veces, es natural.
¿Qué hacemos delante de eso? Normalmente hacemos lo que no funciona: intentamos cambiar a la otra persona. Discutimos, peleamos, criticamos, nos quejamos, intentamos hacernos las víctimas para ver si la persona se siente por lo menos un poco culpable; todo lo que podamos – solo para hacerla cambiar”, explica Renato Cardoso. “El problema es que eso hace que la persona sea más testaruda, porque todos nuestros intentos son recibidos como si estuvieramos intentando controlarla.”
Converse de manera constructiva, explique su punto de vista y escuche lo que el pequeño tiene para decirle. Él valorará su opinión cuando también valoren lo que él tiene para decir.
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