Sacrificar significa, literalmente, “perder o dejar algo por un objetivo, causa o ideal”. Es una ley universal, que no afecta solo a todas las religiones, sino también al funcionamiento del mundo secular.
Nadie puede conquistar sin sacrificar. Si un niño quiere tener buenas notas en la escuela, tiene que sacrificar. Si después aspira a seguir un grado superior, igualmente, tendrá que sacrificar. Si una persona desea casarse, también tendrá que sacrificar. Si usted quiere tener éxito en cualquier negocio, debe sacrificar. Si alguien quiere tener hijos, vivirá sacrificando. Y así sucesivamente.
El Sacrificio es esencial para la fe cristiana. Jesús dijo que si la persona no está preparada para dejar (sacrificar) todo lo que tiene, hasta su propia vida, no puede ser Su discípulo (Lucas 14.26-36).
A continuación hay puntos claves de la Biblia que nos enseñan por qué debemos sacrificar:
1- Revela la condición espiritual del ofrendante (Mateo 6.21).
Un joven, en el libro de Marcos 10.17-30, le dio la espalda a Jesús, cuando Él lo invitó a sacrificar. Todo su conocimiento de la Palabra de Dios no le sirvió para nada. Puesto que en el momento de sacrificar mostró su verdadero nivel espiritual con Dios.
2- Es el camino más corto y seguro para la victoria (1 Samuel 8-10).
El pueblo de Israel hacía sacrificios antes de ir a la batalla para tener la seguridad de que la gracia de Dios estaría sobre ellos.
3- Ni siquiera Dios pudo evitarlo (Efesios 5.1-2).
Si hubiera una manera más fácil de lograr lo que Él quería, la hubiera elegido, pero no había otra forma. Ni siquiera Dios, el Todopoderoso, pudo evitar el sacrificio. De hecho, Él realizó el mayor de todos dando a ¡Su propio hijo!
4- Demuestra la dependencia total de Dios – y la independencia del resto del mundo- (Génesis 22.8).
Cuando usted pone su todo en el Altar del sacrificio, automáticamente, se libera de todo lo que lo aprisiona, poniendo a Dios en la obligación de sostenerlo.
5- Es la única manera de revelar, lo que está en el corazón de una persona (2 Samuel 24.21-24).
6- El sacrificio no ayuda a Dios, sino a la persona que lo realiza. (Salmo 50.12-15). Quien sacrifica muestra que tiene el fuego real, de una fe ardiente en su interior.
7- Nos permite estar más cerca de Dios (Hebreos 10.19-22). El verdadero significado de la expresión “sacrificio”, en la Biblia, proviene de la palabra hebrea “qorbãn” cuya raíz significa “aproximar” o “ser acercado”.
8- Da la seguridad total de la respuesta de Dios (Génesis 22.16-18). El sacrificio transporta a una realidad en la cual “todo es posible”.
Sin un objetivo, no hay sacrificio. Sin sacrificio, no hay objetivo. Sin dolor, ¡no hay victoria! Usted tendrá la oportunidad de presentar su sacrificio en el Altar Santo de Dios. ¿Cómo lo hará?
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