“En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra”. Salmos 91:12
Cuando hacemos de Dios nuestro Abrigo, nuestra Fortaleza, nuestra Habitación, nuestro Refugio, nuestro Baluarte, cuando hacemos del Altísimo, del Todopoderoso, nuestra Morada, Él les da órdenes a Sus ángeles para guardarnos y librarnos y Él nos sostiene en Su Mano.
Por eso Jesús afirmó que quien está en Su Mano no puede ser tocado, el mal no puede tocar a quien está en Su Mano, porque Dios lo sostiene. Está escrito que Él nos sostiene para que nuestro pie no tropiece en piedra.
Las piedras son inevitables, existen, pero estas piedras de las que Él está hablando no son piedras físicas, sino accidentes, situaciones desagradables que nos ocurren en casa, en el trabajo, incluso en la iglesia, siendo maltratados, malinterpretados, siendo víctimas de injusticias, situaciones desagradables que ocurren y que deben ser superadas cuando estamos en la Mano del Altísimo.
Esta piedra representa también al enemigo número 1 de la Fe que se llama DUDA. Jesús dijo “No dudéis”, Él combatió a la duda, porque uno puede elegir dudar o creer, uno puede elegir guardar rencor o perdonar, uno puede elegir mentir o decir la verdad, entregarse o no entregarse, serle infiel a su pareja o serle fiel, ser deshonesto u honesto, ser negligente y perezoso o diligente y trabajador. Es una cuestión de elección, y Él nos sostiene en Su Mano para que no tropecemos en esta piedra.
Otra piedra que hace que la gente tropiece es el ORGULLO, “no creo que sea así”, “no me gusta”, “no necesito nada”, “estoy muy bien”, la persona está hecha polvo, pero el orgullo no la deja reconocer su real estado. El orgullo ha hecho que mucha gente tropiece y pierda pareja, familia, hijos, ¿no es verdad? ¿Sí o no?
Otra piedra que ha hecho que mucha gente tropiece se llama ACOMODACIÓN, la persona aprende a convivir con la depresión, con la adicción, con la miseria, con los malos tratos, y dice: «siempre fue así”, “en mi familia todos están así”, “nunca voy a cambiar”, “ya lo intenté y no lo logré”, se conforma y se acostumbra a vivir con la depresión, con la adicción, con la miseria, con la soledad… La acomodación ha sido una piedra en la que muchos han tropezado.
Hay otra piedra de la que Dios nos libra cuando hacemos de Él nuestro Abrigo, nuestra Fortaleza, nuestro Refugio, nuestro Baluarte, nuestra Morada, y es la piedra de la INFIDELIDAD, la persona se vuelve infiel, elige serle infiel a Dios, cuando podemos ser fieles a Él desde que nos despertamos, en las elecciones que hacemos, en nuestras reacciones.
Si usted está hoy por primera vez o está regresando después de mucho tiempo, puede elegir estar en las Manos del Altísimo para que Él lo guarde y no tropiece más en estas piedras que lo han hecho sufrir, retroceder, caer, y hasta buscar a alguien a quien culpar. Eso no le hace bien ni a usted ni a nadie de su familia, ni a sus padres, ni a sus hijos, ni a su pareja, nadie se merece que usted esté en este estado, sea depresivo, adicto, enfermo, solitario, problemático, nadie merece que usted esté así, ¡y usted tiene el derecho de elegir estar en la Mano del Altísimo para que entonces supere sus desafíos y glorifique a Dios con su vida! ¿Amén?
De aquí en adelante, todo será diferente.