Dios es Espíritu, no lo podemos ver, tocar o sentir. Él es la inteligencia, es la sabiduría. Cuando decimos espíritu nos referimos a la mente, a la razón, porque si Él fuese corazón, entonces no sería espíritu. Cuando decimos corazón, nos estamos refiriendo al alma. Pero cuando decimos intelecto, inteligencia, sabiduría nos estamos refiriendo al espíritu. La Biblia dice en 1 Corintios 15:45 “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, Espíritu Vivificante.”.
Dice que Adán fue hecho alma viviente, todo lo relacionado con las emociones y los sentimientos, el corazón. Después con el postrer Adán, se refiere a Jesús “Espíritu Vivificante”. Pero en el principio del cristianismo, que comenzó con Jesús, Él fue hecho Espíritu generado por el Espíritu Santo. La diferencia entre los dos es que Adán era alma y Jesús es Espíritu Vivificante. El Espíritu Vivificante, no fue derrotado, sino que enfrentó al infierno, a la muerte y la venció, Él resucitó y está vivo. Tenemos derecho a recibir Su Espíritu porque Él está Vivo para dar el Espíritu Santo.
En cambio Adán dio origen a una humanidad perturbada y corrupta, que es lo que vemos hoy. Mientras la persona mantenga su naturaleza adánica, va a ser débil. Aunque tenga fe en Dios y sea correcta va a ser fracasada porque tiene la misma naturaleza del primer Adán.
El segundo Adán, que es Jesús, tuvo una naturaleza espiritual y es Espíritu. Entonces, para que usted pueda vencer, tiene que ser espiritual, tiene que dejar de ser emotivo, emocional.
Dejar de ser una persona que dependa de sus ojos físicos para ver, que dependa de sus cinco sentidos, que dependa de su corazón para tomar una actitud, porque si es así, fracasará. Porque su vida está apoyada sobre el corazón y no sobre la razón.
Si Dios es grande, cosas grandes tienen que suceder en mi vida, en mi trabajo porque está escrito en Su Palabra, esa es la fe consciente. Si usted no acepta la situación de desgracia en la que está viviendo, tiene que luchar contra de eso, esa es la fe que agrada a Dios.
Entonces, lo que debemos hacer es dejar la naturaleza sentimental y abrigarnos bajo la naturaleza espiritual, hacer una alianza con el Espíritu.
Hay personas a las que les gusta contar sus miserias, sus fracasos, para recibir consuelo de quien escucha, actuando así su vida no va a cambiar. La vida solo cambia cuando la persona se indigna y toma una actitud de fe, que es entregarse a Dios. Porque no es inteligente que yo crea en un Dios Todopoderoso y viva una vida desgraciada. No es inteligente que crea en un Dios grande y viva una vida mezquina y miserable. Entonces, si usted quiere cambiar de vida a partir de hoy tiene que aliarse, entregarse y rendirse al Espíritu que cambiará esa situación.
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