En muchas relaciones, el romanticismo del comienzo del noviazgo o del matrimonio tiende a desaparecer con el tiempo. Pero, al contrario de lo que muchos se imaginan, no es necesario hacer sorpresas todos los días u ofrecer regalos caros para agradar a la persona amada. Porque, los pequeños gestos y actitudes son capaces de despertar los mejores sentimientos y dejan recuerdos que quedan guardados para siempre.
Esto es lo que demostró el señor Kuroki, un marido preocupado que decidió crear un enorme jardín para su esposa. Lo más interesante es que la actitud noble de su parte fue motivada por una situación difícil.
Después de muchos años de casada y trabajando en la zona rural de la ciudad de Shintomi, en Japón, la señora Kuroki perdió totalmente la visión como consecuencia de la diabetes. Ella cayó en una profunda depresión. Queriendo agradar a su esposa, el marido decidió sorprenderla plantando un enorme jardín, para que ella disfrutara el aroma de las flores y pudiera volver a la rutina.
La iniciativa surtió el efecto esperado. Hoy, ella camina todos los días por el jardín y ayuda a su marido en algunas tareas simples. Además de eso, el jardín quedó tan lindo que se convirtió en un lugar de visita.
El verdadero amor nunca se termina
Renato Cardoso, explica en su blog que el verdadero amor se resume en una sola palabra: sacrificio. “Amar es sacrificarse por el beneficio de quien es amado. Sin embargo, no es un sentimiento, es una decisión marcada por la negación del propio yo. Para quien ama, querer el bien de la persona amada es más importante que cualquier interés personal. Por eso, el verdadero amor es más que solamente sexo, regalos o declaraciones románticas”, afirmó.
El sacrificio se ve en el ejemplo anterior y también se puede mejorar diariamente en cada relación. Pero, para eso, es necesario que se haga una inversión en la vida sentimental. Por eso, existe la reunión de la Terapia del Amor, que se realiza todos los jueves a las 10, 16 y 20h, en el Av. Corrientes 4070 – Almagro.
Participe y sepa cómo conquistar y establecer la felicidad sentimental.
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