La creencia en el Señor Jesús no depende de sentir. ¿Cómo Dios podría exigirle sentimiento a un corazón incontrolable como el nuestro?
La creencia exigida por Él, en realidad, se refiere a la obediencia a Su Palabra.
El carcelero le preguntó a Pablo y a Silas qué tenía que hacer para ser salvo. Ellos respondieron:
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” Hechos 16:30-31
Creer es obedecer. Creer en Jesús significa obedecer a Su Palabra.
Si dependemos de sentir para obedecer, jamás obedeceremos. ¿Cómo imponerle al corazón sentimientos? ¿Es posible obligar al corazón a amar o a odiar a alguien? De la misma manera, no es posible obligar al corazón a creer.
Amar a Dios por encima de todo es obedecerlo por encima de todo, independientemente de si el corazón siente ganas o no.
Pero, si depende de la razón, es posible perdonar o no, obedecer o no. En ese caso, depende de querer seguir a la inteligencia.
En otras palabras, la Fe de Dios depende de la acción de la inteligencia.