La próstata es un tema de constante preocupación para los hombres mayores de 50 años. Solo en Argentina el promedio anual de casos, según el Ministerio de Salud, llega a 11 202, un número preocupante.
¿Qué es? El cáncer de próstata comienza en la glándula prostática. La próstata tiene el tamaño de una nuez y forma parte del aparato reproductor masculino. Este órgano rodea la uretra, que es el conducto por donde se elimina la orina.
Síntomas. A medida que el cáncer va creciendo en dicha glándula, aparecen nuevos síntomas.
Demora para iniciar la micción.
No ser capaz de vaciar toda la vejiga.
Sangre en la orina.
Dolor óseo.
Dolor en la región lumbar y los huesos de la pelvis.
Tratamiento. La medicina no ofrece la cura para el cáncer si se ha diseminado, solo trata de prolongar la vida del enfermo. El tratamiento depende de muchos factores, que incluyen su puntaje de Gleason y su salud en general. El médico podrá darle más información sobre las distintas opciones de tratamiento.
Si el cáncer no se ha propagado los tratamientos comunes incluyen:
Cirugía (prostatectomía radical).
Radioterapia, por ejemplo braquiterapia y terapia de protones.
Quimioterapia.
Inmunoterapia (provocar que el sistema inmunológico destruya las células cancerosas).
“Me dijeron que el cáncer era irreversible”
Anselmo Schroeder fue a realizarse un chequeo rutinario y se encontró con un problema: “Fui a un control y el médico me dijo que tenía cáncer de próstata. Cuando se lo dije a mi esposa, ella se deprimió mucho porque ya estábamos enfrentando otros problemas y esto era demasiado. Cuando pregunté si había algún tratamiento para mi enfermedad me dijeron que era irreversible, estaba condenado a muerte.
Sufrí mucho porque mi esposa estaba muy mal por mi salud. El cáncer avanzaba y no había esperanzas para mí. Siempre estuvimos bien económicamente, pero pasé a gastar unos $4000 por mes en tratamientos. A pesar de todo lo que hacía me quedaban días de vida.
Mi esposa llegó primero a la Universal y me invitó, me dije ‘acá puedo encontrar la salida’. Era mi última chance, luché durante 3 meses, confié en Dios y fui curado. Los médicos no creían que pudiera salvarme, pero Jesús me sanó, no necesité ningún tratamiento”, finaliza Anselmo con una sonrisa.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
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