Paola Gaudio tuvo una infancia triste, había mucha violencia en su casa, creció pasando necesidades y se convirtió en una persona muy nerviosa y agresiva. Con el paso del tiempo su sufrimiento aumentaba, pero encontró una salida en la Universal. Descubra cómo hizo para cambiar de vida.
“Yo reaccionaba mal, sufría con dolores de cabeza, anemia y anorexia nerviosa. Recuerdo que solo tomaba mate e iba al baño para vomitar, como me veía gorda evitaba la comida, así fui debilitándome cada vez más.
En mi vida sentimental tuve muchos problemas, como mi mamá iba a los curanderos yo también iba para mejorar mi calidad de vida, pero a raíz de eso comencé a tener problemas espirituales. Tenía miedo, dormía con las luces prendidas, escuchaba voces, era terrible”, relata.
Ella tuvo un accidente que le produjo problemas psiquiátricos, se quedó electrocutada al querer abrir la puerta de un ascensor. “Un compañero me salvó, con una madera despegó un cable eléctrico porque mi cuerpo rebotaba adentro del ascensor. Me quedaron marcas, tenía pánico y miedo de estar sola. Comencé a consultar a los psiquiatras, tomaba pastillas para dormir y para los nervios, estaba dopada pero no se solucionaba nada y tenía muchísimos dolores de cabeza.
Inicié una relación, estuvimos bien, pero cuando peleábamos me daban crisis de nervios, por eso nos separamos. Conocí al padre de mis hijos, todo iba bien pero terminamos separándonos.
Yo tenía un negocio y cuando fui a abrir encontré un trabajo de brujería, a raíz de eso tuve un accidente automovilístico. Esa misma semana me chocaron otro auto, estaba tan mal que parecía un zombi. Al tiempo perdí el negocio y me quedé con muchas deudas. Estuve a punto de perder mi casa, tenía deudas con dos bancos y un mayorista. Incluso había puesto como garantía del negocio la escritura de la casa de mis padres, cuando cerré el negocio, como no tenía nada, se ejecutó esa garantía. Estaba en la miseria total”.
Ella estaba tan mal que llegó a pensar en terminar con su vida, pero pensaba en sus hijas. Le habían cortado los servicios, realmente estaba en una situación difícil. En esos momentos la invitaron a la Universal, ella aceptó y descubrió algo que cambiaría su vida para siempre. “Comencé a participar de las reuniones y conocí a mi actual esposo, juntos luchábamos porque queríamos una nueva vida. Fuimos saliendo adelante, nos costó pero insistimos. Pude dormir, dejé la medicación, fui cambiando y mi esposo también. Él dejó los vicios y pasó a estar más tranquilo. Gracias a Dios salí de todas las deudas y ahora tenemos una vida estable, compramos nuestro auto, nos vamos de vacaciones y cada vez avanzamos más”, afirma sonriendo.
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