Aunque estas características no agraden a quien busca notoriedad a cualquier precio, forman parte de la lista de quien hace de la discreción algo indispensable.
La discreción no tiene nada que ver con la timidez o la introversión, aunque muchos confundan los términos y los malinterpreten. Tiene que ver con el carácter, el comportamiento y la decisión. A fin de cuentas, la mujer que es discreta es consciente de sí misma y de sus actitudes. Ella piensa antes de hablar y calcula todas las posibilidades antes de actuar. De una forma misteriosa e intrigante, llama la atención simplemente por ser quien es y no por usar ropa ajustada o por la forma llamativa que tiene de reírse. Ella es femenina, agradable y sabe ponerse en el lugar del otro. Y, por ser discreta, gana. Por ser quien es, no es el tipo de persona a la que se quiere evitar, al contrario, las personas se sienten bien estando con ella.
Actitud valiosa
En Proverbios 11:22, el rey Salomón dice que “Como anillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa que carece de discreción”. ¿Ya se detuvo a pensar lo que quiere decir este versículo? Lo más valioso que tenemos no es lo que mostramos por fuera, sino nuestra esencia, nuestro carácter y nuestro comportamiento. Y en todo eso, la discreción califica como algo imprescindible. Pero, antes de hablar de lo que hace que una mujer sea discreta, veamos algunos hechos que impiden la discreción.
La mujer puede ser bonita, pero por la forma incorrecta de expresarse, echa todo a perder, por su comportamiento pierde la belleza. La indiscreción también puede causar problemas de convivencia, porque la mujer indiscreta puede herir los sentimientos de quienes la rodean sin darse cuenta. A veces, por querer ser divertida, termina menospreciando a los demás.
“La mujer discreta no busca llamar la atención ni hablar mucho. Sabe que cuando habla mucho puede cometer errores. La mujer de Dios es discreta, es elegante, es tranquila. Esto no quiere decir que no pueda conversar o reírse con sus amigas, pero hay un momento para todo”, afirma la escritora Cristiane Cardoso.
Esa mujer, por no llamar la atención en su forma de hablar, comportarse o vestir, por ser gentil y saber controlar sus reacciones, pone en evidencia su fuerza y su belleza fuera de lo común. Es algo que, sin lugar a dudas, además de destacarla, la diferencia.
Ponga a prueba su discreción
Es bueno conversar con los demás, pero lo correcto es abordar asuntos más amenos, actuales y sin preguntas personales que incomoden al otro.
Hay actitudes extremadamente indiscretas, y si usted quiere aprender y crecer en un mundo contaminado por groserías y chusmerío, huya de eso. El cambio comienza en nosotras, nunca en el otro.
¿Quiere ser aún más feliz? Busque conocerse a sí misma, su personalidad y el por qué de ciertas reacciones.
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