El tema de la autoridad en la casa es uno de los problemas que más afectan la relación entre padres e hijos. Hacer que los hijos obedezcan y cumplan las normas impuestas es una tarea ardua muchas veces para los padres.
Castigo y consecuencia
En algunos casos, el castigo parece ser la mejor salida para penar las irresponsabilidades y las inconsecuencias de los hijos. Pero es importante saber que este tipo de actitud perjudica la relación y se convierte en un ejemplo autoritario. El castigo no le enseña al joven a tomar sus propias decisiones sobre lo que es correcto o incorrecto en su comportamiento. El castigo hace que el hijo piense que el padre es malo.
A su vez, existe una técnica en las manos de los padres infalible: mostrarle a los jóvenes las consecuencias de sus acciones. Eso implica enseñarle a los hijos que las consecuencias, sean buenas o malas, son el resultado de nuestras acciones, decisiones y elecciones, y nos mostrará en la práctica lo que funciona y lo que no funciona en la vida.
En un video el obispo Renato Cardoso explicó sobre el castigo y la consecuencia en la relación entre padres e hijos dentro de la casa:
“Las consecuencias son el resultado de nuestras actitudes, de nuestros resultados de nuestras elecciones. Las consecuencias pueden ser buenas o malas. Ellas son grandes profesoras, nos muestran lo que funciona y lo que no.
El castigo, en el caso de los hijos, transmite el siguiente mensaje “si no haces lo que yo te mando, vas a sufrir hasta obedecer”.
Entonces el castigo no ayuda a los hijos a tomar las decisiones correctas. El castigo, transmite que el padre o la madre son dictadores. El castigo estresa la relación entre padres e hijos y las consecuencias muestran cuáles son los resultados de mis actos.
Antes de aplicar el castigo o la consecuencia, usted padre debe reflexionar qué es lo que usted quiere que su hijo cambie o mejore.
¿Qué puede hacer para motivarlo a obedecer las reglas? Si hace mal, tiene una consecuencia: si la próxima lo hace bien, recibirá un premio, si no obedece nuevamente, pierde mucho más.
O sea, usted conecta el querer de su hijo con la responsabilidad de cumplir su parte del trato.
No es magia. Su responsabilidad es mostrarle a su hijo que en la vida para todo hay consecuencias. Si actúa bien tendrá buenas consecuencias y si actúa de manera negativa tendrá consecuencias negativas.”
Si usted ha enfrentado problemas con sus hijos y desea recibir un consejo para poder ayudarlos a seguir el camino correcto, participe de la reunión de la familia todos los domingos a las 9:30h. Busque una Iglesia Universal más cercana a usted.
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