Desde pequeñas, las personas aprenden que nada en la vida es gratis. Las cosas se consiguen con trabajo, esfuerzo y dedicación. Quien quiera tener un título, por ejemplo, debe estudiar durante años hasta recibirse. Sacrifica horas de sueño, momentos con la familia y amigos, pero todo con un único objetivo: convertirse en un profesional. Otros se dedican al comercio, emprenden, crean y, no sin esforzarse, logran hacer realidad su proyecto empresarial o comercial.
Sin embargo, muchos quedan en el camino. No terminan su carrera, no abren su negocio, quizás hasta consiguen trabajo pero se estancan en una posición por diferentes motivos y no logran ascender, están trabados.
Así es la vida de muchas personas: luchan y conquistan, pero en la mitad del camino al éxito se encuentran con grandes obstáculos, que los desaniman y terminan frustrándolos. Por más que intentan, no pueden superar las trabas que se les presentan. Se esfuerzan por encontrar una forma de hacerlo, no se dejan vencer fácilmente, pero a pesar de todo, no le encuentran la vuelta al asunto y terminan bajando los brazos.
¿Se identifica con esa situación? ¿Se siente estancado y ve que su vida va para atrás? Dios dijo: “Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos”, (Isaías 45:2), y basados en esa promesa, este 25 de abril será el Lunes del Destrabe en el Congreso para el Progreso. Una oportunidad única para que sus caminos se enderecen, para que todo lo que obstaculiza su vida desaparezca y usted pueda seguir adelante con sus proyectos. Lo esperamos a las 8, 10, 12, 16 y 20 h en Av. Corrientes 4070.
Ya no hay obstáculos en sus caminos
Johanna: “A pesar de ser una profesional en el área de la salud estaba desempleada porque me habían echado injustamente. No tenía qué darle de comer a mi hija, juntaba cartones en la calle para poder generar algo de dinero, era humillante. Dependía de los demás para vivir.
Conocí el Congreso para el Progreso y empecé a luchar. Al poco tiempo me llamaron del trabajo del que me habían echado, me pidieron disculpas, me reincorporaron y además me pagaron el sueldo correspondiente a todo el tiempo que estuve sin trabajar, fuera de la empresa”.
Georgina: “Conocí el Congreso para el Progreso pasando muchas humillaciones, tenía el sueldo embargado, no teníamos ni para comprar comida, esperábamos que cerrara la tarjeta para poder comprar en el supermercado y aún así hubo veces en las que tuvimos que dejar la compra en la caja. Nadie nos dio una palabra positiva hasta que llegamos a la reunión.
Escuchamos, obedecimos y gracias a Dios hoy todo cambió. Mi marido consiguió trabajo, yo tengo mi propio emprendimiento, compramos lo que queremos y nos damos todos los gustos”.
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