Desde lo alto de un edificio de seis pisos, una joven de 21 años, llamó la atención de los habitantes de la ciudad de Fuzhou, al este de China, al amenazar que se tiraría desde allí, luego de una discusión que tuvo con su novio, según el periódico británico The Sun, la joven (foto al lado), estaba sentada en la cornisa, con las piernas del lado de afuera del edificio.
Testigos dijeron que varias personas trataron de convencerla de que no se tirara. Hasta que finalmente desistió de hacerlo, pero, cuando quiso levantarse y salir del borde, una rápida ráfaga de viento hizo que se tropezara y cayera. Ella gritó por socorro mientras caía, pero la muerte fue inevitable.
El triste ejemplo de esta joven demuestra que el mal siempre está al acecho de una oportunidad, de una mínima chance para atacarnos, así como dice en la Biblia: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar…” (1 Pedro 5:8)
El objetivo del mal
La Palabra de Dios también compara el objetivo del mal con el de un ladrón: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir…” (Juan 10:10). El ladrón difícilmente desiste de su víctima, principalmente si ella le abre una brecha. Es lo mismo que sucede en el campo espiritual. Cuando le damos al mal una oportunidad, no siempre logramos impedir sus planes a tiempo. La joven había renunciado a cometer una locura, pero el mal no.
“Usted está yendo a trabajar, el mal está a su alrededor prestándole atención a sus actitudes. Usted está solo en casa, frente a la computadora, no tiene a nadie que lo esté viendo, pero el mal lo está observando. Todo lo que usted hace no pasa desapercibido a los ojos de Dios, ni a los ojos del mal”, destaca el obispo Edson Costa.
La presa más débil
Si usted no estuviere atento, sobrio, podría ser una presa fácil a los ojos de ese “león”. En el mundo salvaje, el “rey de la selva”, es un excelente estratega, que vigila y estudia a sus futuras presas. Su objetivo principal es identificar el punto débil de cada una. Por ejemplo, al atacar a una manada de cebras que pasta tranquilamente, el león ya sabe que los animales más fuertes están en el centro del grupo, mientras que los más débiles, cachorros – están en los bordes.
*Lea también: “¿Por qué el Señor Jesús comparó al diablo con el león?”
En el universo espiritual no es diferente. “Una persona solo está encendida espiritualmente si tiene la vida en el altar. Usted puede tener 50 años de evangelio, pero si está lejos, se apagará”, observa el obispo Edson.
Si se da cuenta que se está alejando de Dios, que le ha abierto brechas al mal y se ha sentido débil espiritualmente, busque fuerzas en Él para levantarse de nuevo.
Si quiere desahogarse, busque y acérquese a una Universal. Ingrese aquí para ver las direcciones y encuentre la más cercana a su domicilio.
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