Santiago de Chile es una de las ciudades más modernas y pujantes de Latinoamérica. A pesar de el progreso económico y la estabilidad lograda en los últimos años, los chilenos sufren problemas sociales como delincuencia, adicciones y marginalidad. Para acercar la Palabra de Dios y mostrar un camino que conduce a la Salvación del alma, la Universal inauguró un nuevo templo en la ciudad de Santiago de Chile, la nueva Sede Nacional, una obra por la que el pueblo chileno luchó durante años, y finalmente se hizo realidad.
Ubicada en la Av. Libertador Bernardo O’Higgins 2558, a pocos metros de la estación de subte Unión Latinoamericana, la nueva sede tiene capacidad para 1400 personas y cuenta con todas las comodidades necesarias para tener una experiencia inolvidable con el Dios Vivo.
Para realizar la reunión inaugural, que tuvo lugar el pasado domingo 1 de mayo, el obispo Macedo viajó a la ciudad de Santiago, donde predicó basado en las palabras del Señor Jesús escritas en Juan 4:14, “… mas el que bebiere del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que Yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”, explicando a los presentes que cuando uno bebe del Espíritu de la fe, se convierte en una fuente de fe para ayudar a los demás, e invitándolos a entregar su vida en el Altar.
En la inauguración participaron 2100 personas, que llenaron el salón y también ocuparon el estacionamiento lindero, desde donde pudieron presenciar la reunión a través de una pantalla gigante.
El pueblo de la Universal de Chile no podía disimular la alegría que tenía al ver finalizada la obra que esperaron durante años. Fue un sueño realizado para que más chilenos puedan conocer a un Dios que es capaz de cambiarles la vida, trayéndoles paz, felicidad, unión familiar, salud y prosperidad.
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