José fue un personaje muy importante en la historia del pueblo hebreo e, incluso siendo tratado injustamente por sus hermanos, mantuvo su fe en Dios- y Él lo honró.
Vea a continuación 5 lecciones de José que podemos aplicar también en nuestra vida:
1- La envidia es algo que no vale la pena
“Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.” (Génesis 37:4)
Los hermanos de José le tenían envidia y conspiraron para matarlo. Afortunadamente, los hermanos Rubén y Judá no estaban de acuerdo con la idea. Así, los demás lo vendieron como esclavo y fue enviado a Egipto. Un tiempo después, los mismos hermanos que lo habían abandonado fueron a Egipto a pedir ayuda, pues, en ese momento, los pueblos enfrentaban una gran miseria. Y José, como gobernador, los recibió feliz, con la mano extendida.
2- Siempre haga su mejor
“Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.” (Génesis 41:40)
José siempre se mantuvo firme en los valores que venían de Dios, incluso en tierras extrañas. Cuando llegó como esclavo a Egipto, fue comprado por Potifar, miembro de la corte del faraón. José era muy responsable, de tal forma que Potifar le confiaba el cuidado de la casa. Incluso cuando la mujer de Potifar acosaba a José, para que se acostara con ella, el muchacho no traicionó los valores de Dios. Después de muchas luchas y dificultades, el faraón lo nombró gobernador de Egipto y le dio la mayor confianza que alguien podría recibir en aquella tierra.
3- Incluso en las luchas hay que mantener la fe en Dios
“Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel. Pero el Señor estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque el Señor estaba con José, y lo que él hacía, el Señor lo prosperaba.” (Génesis 39:20-23)
José fue muy perjudicado por lo menos dos veces en su vida. La primera cuando sus hermanos lo vendieron como esclavo, y la segunda cuando terminó en la prisión, después de la trampa que la esposa de Potifar le había hecho. Sin embargo, él no buscó venganza, ni renunció a seguir luchando, sino que actuaba con prudencia y sabiduría delante de todos, honrando al Dios que servía. Y esas personas, alrededor de José, percibieron su buen ejemplo.
4- Debemos vigilar y huir del pecado
“¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9)
José tenía un carácter valioso, y por eso sus acciones llamaban la atención de todos. Las personas veían en él un brillo diferente. Sin embargo, eso era solo un reflejo de la reverencia y temor que él tenía por Dios. El Señor estaba por encima de cualquier elección que José hacía. Cuando fue confrontado con el pecado, la primera pregunta que le vino a la mente fue la del versículo anterior.
5- Debe saber perdonar
” Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.” (Génesis 45:3-5)
José sabía que Dios tenía un propósito especial en su vida; y sabía que Dios estaba con él hasta el final. Por eso, José no tenía amargura ni rencor, no guardaba recuerdos tristes. Aprendió a perdonar a todos los que se habían equivocado con él.
El sueño de Dios
Aunque José no supiera de que manera podría glorificar a Dios con su vida, él se puso a la entera disposición para ser un instrumento de honra, no solamente para soñar, sino principalmente para realizar los sueños de Dios en su vida.
Si usted también tiene un sueño, que a sus ojos parece imposible, pero como José, usted cree y quiere luchar para alcanzarlo, una su fe con la de los obispos y pastores de la Universal. El próximo 15 de mayo, todos clamarán a Dios para que ese sueño se haga realidad.
Para saber más sobre este propósito, busque una Universal más cercana a usted.
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