Estimado obispo Macedo:
Sus palabras vinieron al encuentro de mi vida. Desde el primer día en que comencé a participar de las reuniones en la Iglesia Universal, vi al diablo furioso y actuando en mi vida. Y lo peor es que él logró destruir mi entendimiento para que fluyera en mí la ignorancia en la fe, y así fui a parar a muchas otras denominaciones.
Yo no me aparté de Dios, pero fui a otras denominaciones, y en ninguna de ellas pude ver la furia de Satanás viniendo al encuentro de mi persona. Y sin entender, imaginaba que estaba todo bien, lo que en realidad era al contrario. Y nuevamente volvía a la Iglesia Universal, y allá venía el diablo de nuevo a molestarme con sus ataques, no directamente a mí, sino colocando una muralla en mis caminos.
Después de ver pasar mis sueños sin suceder nada fue que me cayó la ficha. El diablo no le da la más mínima importancia a las otras denominaciones que no lo incomodan. Tanto le da si la persona se congrega en alguna de ellas. Así, la persona cree que todo está bien y piensa: “¡Ah! Ahora estoy segura y protegida, este es el lugar correcto.”
Nada de eso, engaño. En otras denominaciones, la brisa tocaba mi rostro e imaginaba tener paz, pero la verdad, Satanás solamente estaba dando un tiempo, pues también mis sueños estaban muertos.
La verdad es que el diablo no soportó cuando retorné nuevamente a la Iglesia Universal. Y esa vez pude entender cuánto lo molesta esta Iglesia, porque dentro de los templos de la Universal el diablo no tiene oportunidad, el bicho es expulsado eficazmente y el cristiano que en ella se congrega aprende a luchar contra los demonios que intentan impedir sus sueños.
Al pisar la Iglesia Universal, constaté que el enemigo número uno de Dios nuevamente se levantó contra mí, furioso, sin embargo, se qué es lo que el odia: la Iglesia de Cristo.
Anómalo, o anormal, es el odio que muchos cultivan contra la Iglesia Universal. Y eso se debe a la acción del diablo en esas personas, que las engaña y las retira del lugar donde la enseñanza de la Palabra fortalece y enseña a luchar contra el mal a fin de traerles liberación y Salvación.
Yo caí en esa trampa de Satanás y quedé ignorante en mi fe. El diablo odia a quien se sacrifica total y fielmente a Dios. Consecuentemente, él va al encuentro de los que están en la Iglesia Universal, porque sabe que más allá de que la persona obtenga su Salvación y sea efectivamente bautizada con el Espíritu Santo (porque es orientada para eso), también verá sus sueños realizados por el uso de la fe racional, inteligente, verdadera e inquebrantable.
Y esta es la fe que la Iglesia Universal nos orienta a utilizar, que es la fe que funciona en todos los aspectos de la vida, espiritual y material, la cual rompe la vida desgraciada que muchos creyentes viven, aun teniendo fe en Dios y estando en otras denominaciones.
Esa es la verdad que tengo para decir y agregar sobre cómo alcanzar un sueño por la fe. ¡Y que tengan estas palabras por testimonio!
Dios bendiga a la Iglesia Universal siempre. Y a todos nosotros.
Marcos Antonio Daher