Una de las cosas más difíciles para el ser humano es perder la salud. Sin ella, no podemos trabajar, cuidar a los hijos, a la familia, realizar cosas básicas y, sobre todo, vivir en paz. Estar en un hospital es aún más doloroso, especialmente cuando se deben hacer largos tratamientos e incluso quedar internado. Es un sufrimiento que desestructura a cualquier persona.
Por lo tanto, llevar una palabra de vida a los que se encuentran en un lecho de dolor y, principalmente, la Salvación a través del evangelio, son los principales objetivos de los miles de voluntarios del grupo que visita a los hospitales de la Universal, en todo el país y en varias partes del mundo.
En el estado brasileño de San Pablo, por ejemplo, hay aproximadamente 4.600 voluntarios – bajo la coordinación del pastor Lázaro Nazaré Pedro (a la derecha en la foto abajo) – que actúan en más de mil hospitales y centros de salud. Ellos buscan, además de ayudar a los enfermos en oración, llevar una palabra de consuelo a sus familiares.
Como se ha explicado, la mayoría de las personas reaccionan bien al ser abordados por los voluntarios dentro de los hospitales y, de una forma positiva, siempre aceptan una oración.
“Este trabajo es extremadamente importante, porque muchos de estos pacientes están en estado terminal, e incluso algunos se encuentran inconscientes –de ahí la importancia de que el familiar reciba toda la atención de los voluntarios. Por lo tanto, buscamos llevar ese consuelo a todos, porque no sabemos si ellos tendrán otra oportunidad. Incluso, ya bautizamos a miles de personas en las camas de los hospitales”, cuenta el pastor Lázaro.
Recompensa del trabajo
También de acuerdo con él, semanalmente, muchas personas son atendidas por los grupos, como el ejemplo de lo que le sucedió a la psicóloga Silvia Antonio de Souza, de 49 años, (a la izquierda en la foto de al lado, junto a su marido), quien recibió la visita del pastor Lázaro mientras estaba internada en Terapia Intensiva de un hospital.
Con serios problemas de salud, con sus riñones comprometidos, sospecha de leucemia, insuficiencia cardíaca, con la posibilidad de realizarse hemodiálisis y con una infección por una bacteria, el cuadro de Silvia era grave, cuenta el pastor. Moacir de Souza, su marido, desesperado, se acercó a la Universal y pidió que alguien fuera hasta el hospital, donde ella se encontraba hacía 9 días.
“Hicimos una oración por ella y, el mismo día, su cuadro se revirtió”, relata, animado.
“Para la sorpresa de todos los médicos, los resultados de los exámenes demostraron que mis riñones volvieron a funcionar y, al día siguiente, descartaron definitivamente la hemodiálisis. La parte cardíaca se estabilizó y mi recuperación fue una cuestión de tiempo. Fui totalmente curada de la anemia y hoy los resultados de mis exámenes médicos son todos normales; dos médicos que me acompañaban llegaron a decir que yo estaba viva solo por un milagro”, dice Silvia, feliz, al lado de su esposo y del pastor Lázaro, durante una reunión en la Universal que ella frecuenta desde su salida del hospital.
Si usted está o tiene un familiar en el hospital, haga lo mismo, acérquese a la Universal más cercana a usted. Vea las direcciones ingresando aquí.
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