“Cada Ayuno es un algo inolvidable”
El Ayuno de Daniel es una posibilidad que todos tienen para cambiar su vida a través del encuentro con Dios. Quienes participan de este propósito, tienen la oportunidad de recibir el Espíritu Santo, y con Él, paz, alegría y la certeza de la Salvación de su alma, como Karina Benítez, que tuvo problemas espirituales desde la infancia y hoy es feliz. “Mi vida fue una búsqueda constante de felicidad espiritual. Busqué ayuda en muchos lugares, pero lejos de ayudarme me involucré más en prácticas que no me hacían nada bien. Era una mujer muy peleadora, conviví once meses con quien hoy es mi esposo, pero llegamos a un punto en el que la convivencia era insoportable y nos separamos”, recuerda.
“En ese momento fui a buscar más ayuda en los espíritus, pero las cosas se pusieron peor. Volvimos a estar juntos pero todo era motivo de peleas. Además, yo sufría dolores de cabeza constantes y problemas ginecológicos sin explicación, sentía dolores impresionantes, peores que una contracción, pero todo era resultado de mi pésimo estado espiritual”, cuenta Karina.
Al conocer la Universal, ella pudo liberarse de ese sufrimiento espiritual. “Empecé a participar y decidí entregarme a Dios. Entendí que tenía que poner toda mi vida en el Altar para que Dios pudiera darme una nueva vida a cambio. Perseveré, puse en práctica lo que me enseñaban y así logré ser feliz. También participé del Ayuno de Daniel y fue una experiencia inolvidable. Cambió todo, fue una revolución interior, y cada uno de los que vinieron después fue una bendición en sí, el Espíritu Santo me renovó por completo”.
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