Mis problemas comenzaron cuando empecé a consumir marihuana, cocaína, pastillas, alcohol y pegamento. Lo que me llevó a consumir fue que no le encontraba sentido a mi vida. Mi infancia fue muy fea, en mi casa había mucha desunión y problemas económicos, hasta mezquinábamos la comida entre nosotros. Crecí pasando necesidades y con mucha tristeza, me faltaba el cariño de mis padres, no me escuchaban, no me hablaban, entonces me preguntaba para qué iba a estudiar si no les importaba.
A los 13 años empecé a pedir monedas en la estación para ir al cyber, eso se volvió un vicio. Fumaba y al tiempo empecé a consumir drogas y a salir a fiestas. Mi mamá se enteró de que yo fumaba y no me dejaba salir, entonces me escapaba. A los 14 empecé a consumir marihuana a través de mis amigos, después vendía en la escuela.
Yo creía que si me escapaba de mi casa el alcohol, la cocaína y las mujeres iban a ayudarme a superar esa carencia afectiva, pero no fue así. Peleaba, delinquía, conseguí un arma para salir a robar, todo con tal de seguir consumiendo. Llegué a gastar $1800 por día y la situación era cada vez peor porque estaba atrapado en el vicio.
Mi mamá me preguntaba qué quería de mi vida, y yo le contestaba que todo lo que quería en mi vida era que me pegaran un tiro en el pecho así se acababa el problema. Ella me invitaba a la Universal, pedía por mí y gracias a sus oraciones Dios me salvó de muchas situaciones peligrosas.
Una vez fui a una villa, empecé a consumir cocaína desde las 11 de la noche hasta las 7 de la mañana, en un momento me faltaba el aire, como me quería morir, le dije a un compañero que vendiera mi celular para comprar más droga. Me trajo menos plata, entonces fui a reclamar, en ese momento me golpearon y me dispararon apenas me di vuelta. Ninguna de las 4 balas me tocó, eso fue gracias a las oraciones de mi mamá.
También consumía paco y crack, tuve una sobredosis, me llevaron al hospital, yo escuchaba que decían que me iba y pensaba que había llegado el fin.
Esa era mi vida, pensaba en suicidarme, intenté quitarme la vida con una soga, me corté las venas, pero no moría. Lo que me hizo darme cuenta de que necesitaba ayuda fue que estaba destruido, nadie daba nada por mí, cuando me vi así, acepté la invitación de mi mamá.
Llegué al Tratamiento de la Cura de los Vicios, dejé el alcohol, los cigarrillos y la droga de una. Fue una actitud radical, o seguía así o cambiaba. A partir de ese día no volví a consumir, me da asco el olor a cigarro. Hoy puedo decir que mi familia está unida, que mis hermanos solucionaron sus conflictos, todo cambió y ahora somos una nueva familia. Retomé mis estudios y tengo proyectos para mi vida”.
Participe usted también de la reunión de la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
[related_posts limit=”17″]