“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17)
Vivir por la fe es vivir en la dependencia del Espíritu de Dios.
Es mirar hacia adelante, siempre.
Es depreciar los momentos tristes del pasado y avanzar.
Es tomar posesión de la promesa de que Dios es El mismo ayer, hoy y para siempre.
Es ser sordo a las voces que hacen eco en el mundo, a los consejos de tontos, especialmente, de aquellos que no tienen nada que ver con la fe viva en el Dios Vivo.
Es despreciar las opiniones ajenas y abastecer el alma con la opinión de Dios.
Es dudar de las dudas.
Desafiar miedos.
Darle una banana podrida a los sentimientos tontos del corazón.
Es definirse como aliado de Dios, definitivamente.
Es aplicar el consejo Divino: “… una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante…” (Filipenses 3:13)
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Viva por la fe. De fe en fe, despreciando las opiniones ajenas, definiéndose como aliado de Dios, olvidándose del pasado y yendo hacia adelante.
Si usted quiere aprender más sobre este tema, participe de la Noche de la Salvación, que se realiza todos los miércoles en la Universal. Haga clic aquí para buscar la dirección de una iglesia más cercana a usted.
Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo
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