El pasado sábado 28 de junio los voluntarios de la Organización T-Ayudo se dirigieron a la provincia de Salta para entregar las donaciones voluntarias de los miembros de la Universal. En esta nueva oportunidad se pudo demostrar que el amor se resume en una sola palabra: dar. Dar la vida por quienes están desamparados y abandonados es amar, así como nos enseñó el Señor Jesús en Su Palabra.
Al sur de la ciudad de Salta fue el punto de encuentro, precisamente el barrio 23 de Agosto. Allí más de 200 familias recibieron el amor expresado de una manera especial y desinteresada. Se entregaron 3 toneladas de alimentos no perecederos y 3000 prendas de ropa. Cada familia recibió una caja de alimentos no perecederos y una bolsa con ropa. También tuvieron acceso a los servicios de peluquería y toma de presión que prepararon los integrantes del Grupo Caleb. Los niños fueron sorprendidos por un programa de actividades especialmente pensado para ellos y disfrutaron de una rica merienda preparada por las educadoras voluntarias de la EBI.
La FJU puso toda su fuerza mostrándole a los jóvenes del lugar que se puede ser feliz llevando una vida sana. Omar, miembro de la FJU, relató que comenzó a inhalar pegamento a los 8 años de edad, a medida que pasaba el tiempo se iba involucrando más con las drogas, hasta llegar a la cocaína, entonces, para poder consumir salía a robar con sus amigos. Llegó un momento en que cayó preso, además se incrementaron sus problemas familiares. Después de estar prácticamente tirado en la calle, conoció la Universal y, a través de las reuniones comprendió que necesitaba entregarse 100% a Dios. Lo hizo y se liberó de todo, hoy él tiene una vida libre de los vicios.
La señora Irene Arenas también comentó a los presentes que ella estaba enferma de cáncer y por el tratamiento había perdido el cabello. Estuvo tan mal que buscaba en la basura restos de comida para alimentarse. Ella probó la fe en el Dios Vivo y descubrió que todo es posible a quien cree. Hoy está curada y tiene un auto 0 km y su propio negocio.
Sin lugar a dudas fue una tarde en que se probó una vez más que podemos marcar la diferencia en la vida de muchas personas a través de la solidaridad. La fe y el amor fueron presentados a todos los vecinos y fue una experiencia maravillosa, que fue posible gracias a la colaboración desinteresada de los miembros de la Universal.
Súmese usted también a T-Ayudo, acercando ropa y alimentos no perecederos a la Universal más próxima a su domicilio.
La necesidad es evidente
Los vecinos comentaron que tienen problemas debido a la falta de empleo y al incremento de la drogadicción. “Hay diferentes casos, tanto niños como grandes están en la droga, hay adolescentes que son madres solteras debido a la droga y el alcohol. También hay mucha violencia familiar”, comentó una vecina.
Otra vecina explicó que es la primera vez que reciben ayuda solidaria, destacó que “nadie nunca nos dio nada, agradecemos a la Universal su ayuda porque valoramos muchísimo el esfuerzo que hicieron para llegar hasta nosotros”.
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