Que el Espíritu de la Luz ocupe su mente para iluminar sus caminos.
Entre las mayores revelaciones del Salmo 101 llamaron mucho mi atención los versículos 6 y 7, en los que el Altísimo Señor Dios da cuatro razones por las que hay diferencias entre cristianos y cristianos.
Primera: los ojos del Altísimo están sobre los fieles de la Tierra para que estén con Él. O sea, la fidelidad genera honra de parte del Creador.
Segunda: el que anda en rectitud tiene el gran privilegio de servirle. Esto quiere decir que el que anda en la justicia también será honrado por Dios.
Tercera: el engañador no permanece para siempre en la casa de Dios. Tarde o temprano, será descubierto y excluido de la congregación de los fieles.
Cuarta: el mentiroso no permanece ante el Altísimo, lo que explica por qué muchos en las iglesias pierden la Salvación de su alma.
“Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.”, (Salmos 101:6, 7).
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