Él quiere que se cambie de ropa todo el tiempo y hace que se sienta muy mal con ella misma. Ella vive revisando el celular de él, llama cada media hora para saber con quién está. No importa quién tiene razón, siempre se sienten culpables después de una discusión. ¿Está con la familia o con amigos? Ni pensarlo. Sutilmente se van apartando de ellos para evitar un mal momento.
Situaciones como esas caracterizan una relación abusiva, en la que uno le falta el respeto y lastima a su pareja.
Así, es necesario estar atentos a las señales que revelan una relación enfermiza. Si usted o su compañero presenta uno, o más, de los síntomas a continuación, es necesario rever la situación y buscar ayuda: Celos posesivos; comportamiento agresivo; chantajes; traición; mentira; manipulación; agresiones físicas o verbales; faltas de respeto; egoísmo; maltrato y aires de superioridad.
Una relación abusiva le trae graves consecuencias emocionales a la víctima, como aislamiento, tristeza, baja autoestima, depresión e incluso suicidio. Y la persona que causa el abuso también sufre. Normalmente, carga traumas del pasado y necesita aprender a vencerlos para cambiar.
Para transformar esta realidad se necesita superar el miedo a la soledad y encarar los problemas amorosos que han causado tanto sufrimiento. Para eso, en la Terapia del Amor todos pueden aprender qué hacer para vencer el abuso en la vida amorosa y rescatar su autoestima,
La felicidad solo entrará en su vida cuando deje de aceptar las relaciones abusivas. Para eso, es necesario dar el primer paso en dirección al amor propio, que es participar de la Terapia del Amor, todos los jueves a las 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070.
El matrimonio era una mentira
Blas y Verónica formaron un matrimonio que durante 12 años fue una mentira. La desconfianza y los celos eran más fuertes que el amor, y ellos sufrían las consecuencias.
“Empezamos mal desde el noviazgo, nos agredíamos, él tomaba y me golpeaba. Nos casamos y había mucha desconfianza entre nosotros, él era muy celoso. Eso generó mucho miedo y dudas en mí, no podía estar tranquila en mi casa por la situación en la que vivíamos”, cuenta Verónica, y Blas agrega: “Le revisaba hasta los boletos del transporte que tomaba para ir a trabajar, era muy celoso y desconfiado”.
Pensando que podía mejorar su relación decidieron tener un hijo, pero nada resultó como lo habían planeado. El niño volvió enfermo de un viaje que había hecho con su madre y al poco tiempo falleció. “Él empezó a culparme y me agredía”.
Ellos conocieron la Terapia del Amor y ese fue el inicio de una nueva historia. “Participando de las charlas aprendimos muchas cosas. En primer lugar, a confiar, porque sin confianza no existe una relación. Hoy nos damos el amor que antes no teníamos, somos un matrimonio feliz, gracias a Dios y a haber participado de la Terapia del Amor”.
[related_posts limit=”17″]