Carla Guevara intentó quitarse la vida en dos oportunidades, estaba desesperada porque no encontraba una salida para sus problemas. Era tanto el tormento espiritual que ella no lograba tener ni un minuto de paz. “Un día encontré trabajos de brujería en la puerta del negocio, nos empezó a ir mal, tuvimos que cerrar el negocio y si bien conseguía trabajo, el dinero no rendía. Estuvimos muy mal, no teníamos forma de alimentar a nuestros hijos, para subsistir tuvimos que aceptar la ayuda de mis padres”, recuerda.
Ella había tenido tres fracasos amorosos y su matrimonio actual iba por el mismo camino, las agresiones verbales se hicieron cada vez más intensas y la frialdad se había instalado entre ellos. “Recuerdo que estábamos separados bajo el mismo techo, no podíamos estar bien, encima mi marido estaba enfermo de artritis reumatoides, motivo por el cual varias veces tuvo que ser internado”, agrega y destaca que estaba cansada de esa vida.
Desde que Carla comenzó a participar de las reuniones de la Universal descubrió que podía cambiar de vida si se entregaba por completo a Dios y comenzaba a depender solo de Él. Poco a poco fue libre de todo lo que la atormentaba espiritualmente, su carácter fue cambiando y en consecuencia su matrimonio también. Perseveró en las cadenas junto con su esposo y él fue curado completamente. Cuando los dos estuvieron firmes en la fe, estaban en condiciones de luchar por una situación económica diferente, entonces decidieron arriesgarse para tener lo que siempre quisieron. Así conquistaron dos negocios y cada día proyectan juntos más objetivos para seguir creciendo.
“Hoy nuestro matrimonio está bendecido, tenemos diálogo, somos compañeros y nos amamos profundamente”, destaca ella sonriendo junto a su esposo.
Ellos participan en la Universal de San Carlos, Av. 44 Nº 2099
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