Basta que la temperatura descienda para que las mujeres se entreguen placenteramente a un delicioso y largo baño con agua muy caliente. Sin embargo el tiempo que se gasta para relajar y calentar el cuerpo en el sauna improvisado, puede ocasionar un grave problema: la resecación de la piel. Otro problema que muchas mujeres enfrentan es no prestarle atención a la salud del cabello. Después de lavarlo con agua caliente, ellas terminan de “agredirlo” con el uso del secador, y la planchita.
¡Huya de la ducha con agua caliente!
Las bajas temperaturas disminuyen la oleosidad natural y la sudoración. Además, el frío sumado a la baja humedad del aire, reduce la hidratación, lo que deja la piel reseca y vulnerable. Lo que se agrava más aún con las duchas de agua caliente, porque los mismas intensifican la remoción de la oleosidad y disminuyen la acción del manto hidrolipídico, un hidratante natural que retiene la humedad de la piel. La información es de la Sociedad Brasileña de Dermatología (SBD).
¿El resultado? Piel reseca, con su función de protección comprometida, áspera, con pérdida de elasticidad, descamada, con grietas y que pueden presentar síntomas como picazón y ardor al contacto con sustancias irritantes, como menciona la dermatóloga Nicole Perim, miembro de la SBD. “Con esos factores, algunas enfermedades pueden agravarse debido a la resequedad, como la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria crónica, la dermatitis seborreica, inflamación que causa principalmente descamación y enrojecimiento; y la psoriasis, lesiones redondeadas, rojizas y que se escaman”, cita la médica.
Por lo tanto, representantes de la SBD aconsejan que, además de evitar las duchas calientes y prolongadas, se debe evitar enjabonarse demasiado, y abandonar el hábito de agredir aún más a la piel al refregarla con esponjas.
La dermatóloga Leandra Metsavaht, directora de la SBD, afirma que en el caso de la dermatitis y de la psoriasis, las duchas frescas, rápidas, con poco jabón o con lo que es recomendado por los dermatólogos – además de la hidratación – resuelven la situación. “Para la dermatitis seborreica en la cara, la hidratación suele funcionar como una forma de prevención”, añade.
Hidrate su piel y proteja su cabello
Para la hidratación de todo el cuerpo, una solución que puede adoptar es utilizar las cremas y aceites corporales adecuados para el uso durante la ducha, que no debe demorar ni ser muy caliente, como ya mencionamos anteriormente.
Según Nicole, todos los tipos de piel necesitan hidratación, incluso la grasa. “La diferencia está en elegir correctamente el producto que utilizará”, señala.
Fuera de la ducha, no deje ese ritual de belleza y puede abusar de la crema específica para codos, rodillas y para zonas ásperas del cuerpo.
Para la protección del cabello cuando utilice el secador, ya que son pocas (y corajudas) las que soportan estar con el pelo mojado con el frío, es indispensable que aplique un buen producto antitérmico.
Antes del maquillaje
La piel mixta o grasa es común para muchas mujeres, y muchas veces evitan ponerse un hidratante y protector solar en el rostro antes del maquillaje con miedo de aumentar la oleosidad. Y el problema es que actuando así, además de dejar de hidratar la piel, usted deja de protegerla, ya que los rayos UVA y UVB no se toman vacaciones en invierno. El producto debe utilizarse todos los días, porque el rostro es la parte que queda más expuesta.
Los labios secos también tienden a ser una queja común en esta estación. El problema se resuelve fácilmente utilizando manteca de cacao o el famoso “balm”, producto que mantiene a los labios hidratados por más tiempo.
Otro gran aliado que se puede tener en el nécessaire es el agua termal. Además de hidratar, combate la inflamación, inhibe la acción de los radicales libres (causantes del envejecimiento), y, de paso, ayuda en la fijación maquillaje.
Agua y alimentación
La belleza comienza de adentro hacia afuera, además de reforzar los cuidados de su exterior, es fundamental mantenerse hidratada y no descuidar la alimentación. La SBD aconseja que se ingieran dos litros de agua por día como mínimo, y que adopte una alimentación balanceada y rica en frutas, legumbres y verduras.
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