“(…) porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.”
(Mateo 17:20)
Las luchas son diarias. No contra los problemas externos, sino contra nuestro yo. Hay una batalla ocurriendo sin tregua. Por eso, la fe debe ser colocada en práctica diariamente. Como el músculo que debe ser ejercitado para evitar su atrofia, así también es la fe. Debe ser ejercitada diariamente, para no atrofiarse.
La fe es el canal de comunicación con Dios. Ese canal debe estar limpio y sin impedimentos para que pueda ser eficiente. Así como usted es obligado a lidiar con sus problemas diariamente, debe también lidiar con su fe diariamente. No intente resolver los problemas con la fuerza de su brazo. No intente huir de sus problemas aceptando invitaciones para eventos que no los resolverán. No busque anestesiarse con sustancias que le traerán más problemas que alivios.
Usted solo aprenderá a usar su fe usando su fe, entonces no espere instrucciones del pastor, del obispo o de cualquier autoridad espiritual. Usted tiene la llave para destrabar sus caminos. Está adentro suyo. Puede ser del tamaño del minúsculo grano de mostaza, y aun así es poderosa. Solo basta creer y no dudar.
El Señor Jesús es claro al decir que nada nos sería imposible. Él no puso excepciones aquí. Nada es nada. Vaya en su fe y derribe las murallas de hoy. Mañana, nuevas murallas serán derribadas. Si no es toda una muralla, será un ladrillo a la vez. La fe no desiste, no desanima, no piensa “y si…”. La fe tiene certeza. “Si no es hoy, va a ser mañana. Pero si Dios está conmigo, lo voy a lograr.”
Su fe es la llave para destrabar sus caminos.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo