Los médicos que trabajan en hospitales públicos cuentan que los bebés expuestos a las drogas dentro del vientre materno son un fenómeno cada vez más frecuente, según publica el diario Perfil.
La sustancia más utilizada por embarazadas es el alcohol, pero los casos de consumo de cocaína, marihuana o éxtasis son comunes.
“No solo vemos casos de embarazadas que consumen, sino también muchos casos de consumo de sustancias en los que se desencadena el parto y terminan ella y el chiquito internados. Los bebés suelen terminar dando positivo a la droga que la mamá consumía porque la sustancia atraviesa la placenta”, sostuvo Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández. “Lo que más vemos es cocaína, cocaína fumable, marihuana y alcohol. En algunos casos, hemos visto opioides”, agregó.
Se puede salir de ese infierno
Myriam Gramisci consumió drogas, se volvió adicta, estaba tan mal que incluso estando embaraza seguía consumiendo.
“A raíz de la separación de mis padres me volví una persona triste y empecé a relacionarme con personas que no me llevaban por buen camino. Probé la droga y así comencé con drogas, cigarrillos y alcohol. Tomé cocaína y ácidos, anfetaminas porque no estaba conforme con mi cuerpo, me vía gorda o fea. Siempre me automedicaba, mis padres no sabían, solo mis amigos.
Conocí a una persona e hice de todo para casarme con él, porque pensaba que mi vida iba a cambiar, sin embargo, fue lo peor que pude haber hecho pues no nos queríamos. Yo solo quería tener un hogar, pero empezaron las peleas y entonces quedé embarazada. Durante todo ese tiempo yo seguía consumiendo drogas, aun estando embarazada me drogaba, es más, salía sola, es decir, seguía viviendo como una persona soltera. Recién había tenido familia y seguía así.
Al tiempo caí en un pozo depresivo muy grande, fui paciente psiquiátrica, estaba en tratamiento y estuvieron a punto de internarme. Estaba todo el día en el hospital porque había tenido intentos de suicidio y había intentado matar a mi hija, por eso me controlaban. Un juez me sacó la tenencia de la nena mayor y no podía estar con ella sola, razón por la cual fue a vivir con mi mamá. Perdimos todo, la casa, el auto y vivía de prestado.
El peor momento de mi vida fue cuando me sacaron la tenencia de mi hija, pensé que ahí había tocado fondo, pero después volví a caer, con tres hijas seguía haciendo lo mismo. Cuando mi hija tenía una semana de vida, me fui a bailar y volví un día y medio después. Al volver a casa me arrepentía, pero volvía a hacerlo todos los fines de semana.
Estaba acostumbrada a vivir así, pensaba que era mi cruz, hasta que una cuñada que tenía muchos problemas también me invita a ir a la Universal. Me llamó la atención la alegría de la gente y cuando me orientó el pastor, me dijo que había una salida, que podía cambiar mi vida. Salí creyendo, con un poquito de esperanza. Esa noche dormí, había llegado a pasar siete noches de insomnio seguido, pero esa noche descansé. De a poco fui dejando de fumar, de tomar, de drogarme, de salir. Después recuperé la casa y el auto, y, el amor de mis hijas porque ellas se criaron en un ambiente de odio, de falta de amor, fue un cambio maravilloso.
Ahora somos felices, estamos unidas, armé mi propio emprendimiento, tengo proyectos y creo que no me van a alcanzar los años para todo lo que tengo planeado”.
Participe usted también de la reunión de la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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