Una escena que involucra a un niño autista y un jugador de fútbol americano sensibilizó a los internautas del mundo entero.
Travis Rudolph, jugador del equipo de la Universidad del Estado de Florida, en Estados Unidos, estaba de visita en Tallahassee International College, una escuela ubicada en Tallahassee, capital de Florida. Cuando llegó el momento del almuerzo, notó que el alumno Bo Paske, que tiene autismo, estaba comiendo solo- algo frecuente, según los relatos. Sin parpadear, Rudolph se sentó en frente del niño para comer con él.
El momento, además de producir bellas imágenes, registradas por una amiga de la madre de Bo, produjo una buena conversación entre los dos, según el jugador.
Preocupación por su prójimo
El atleta tuvo sensibilidad para entender la necesidad de ese niño. Él no le preguntó a Bo si quería compañía. Fue y se sentó. Eso es lo que las personas se tienen que acostumbrar a hacer. No esperar que los otros pidan ayuda, sino mostrarse disponible cuando algo no está bien. Cualquier actitud, por más simple que sea, es capaz de cambiar el día de alguien.
En su blog, el obispo Edir Macedo explica que Dios trabaja en cada siervo bueno y fiel para llegar a las personas despreciadas, sufridas y desanimadas. El jugador vio más allá.
El Señor Jesús, mientras vivió en la tierra como hombre, tuvo compasión de quienes lo necesitaban. Él curó a los enfermos, ayudó a quien lo necesitó, extendió Sus manos a cualquiera y estaba presente en la vida de las personas.
La Biblia dice:
“Porque ejemplo os he dado, para que como Yo os he hecho, vosotros también hagáis.” Juan 13:15
Así debemos ser con nuestro prójimo. Hacer como Jesús nos enseñó, amando unos a los otros, sin diferencias.
No espere que alguien le pida socorro. Mire cuál es la necesidad de su prójimo y ayúdelo en lo que sea necesario.
¿Qué ha hecho para ayudar a un necesitado?
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