Usted va a encontrar en la Biblia la respuesta a todas sus dudas. Sin embargo, debemos tener cuidado con las malas interpretaciones y siempre respetar el libre albedrío ajeno. Si tiene dudas, no diga nada antes de pedirle dirección a Dios.
Es inevitable pasar por un mal día, y eso es independiente de su espiritualidad. Pero, intente mirar esos días “malos” como anticuerpos espirituales.
La realidad es que a nadie le gusta contraer ningún tipo de virus, pero, una vez contaminado, nuestro cuerpo comienza a producir anticuerpos. Eso sucede porque, después de una infección, las células de memoria tienen la capacidad de reconocer y proteger al cuerpo de un agente infeccioso con el cual ya han tenido contacto.
Y así también es en la vida espiritual. Si usted atravesó determinados problemas o situaciones difíciles, los “anticuerpos espirituales” se activan, por medio de su comunión con Dios, cada vez que eso suceda nuevamente. Una vez revestido de la Armadura de Dios, las situaciones similares se superaran fácilmente.
Mente blindada
Uno de los principales elementos de esa armadura es el yelmo de la Salvación (Efesios 6:13-17).
El yelmo es un objeto de protección individual para cada persona. Así también son los pensamientos. Nadie sabe lo que el otro piensa hasta que lo comparte.
Todo en la vida de una persona comienza en la mente, por un pensamiento, sea bueno o malo. Y, por eso, es necesario que su mente esté protegida de las saetas del diablo, del desánimo, de los malos ojos, entre otras cosas.
La mente humana es tan poderosa que es a través de ella que Dios se comunica con nosotros. La vida espiritual está basada en una mente blindada.
Cuando la persona está fortalecida en su vida espiritual, ella logra tener el control de sus emociones. Pero no de otro modo.
Recuerde: una mente blindada hace a una persona fuerte.
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