Seguramente, en algún momento de su vida usted se detuvo a pensar y se preguntó cómo sería su compañero ideal.
Si todavía está soltero, encontrar a la persona adecuada puede parecer una tarea difícil. Quienes ya están casados suelen encontrar dificultades a la hora de alinear sus expectativas con las de su cónyuge.
Todos somos responsables por nuestras elecciones. Dios nos da inteligencia para discernir quién es adecuado y quién no para iniciar una relación amorosa. Además, Él instituyó reglas que rigen una relación feliz. Rómpalas, y no habrá persona en este mundo que la haga feliz. La clave para un matrimonio feliz es hacer las cosas bien.
Haga lo correcto para encontrar a la persona adecuada:
Haga crecer su círculo de amistades; elija con la cabeza y no con el corazón; permítase iniciar una amistad y, si va bien, pase a noviar con la intención de conocerlo/a mejor (no para ir a la cama). Si al conocerla, ve que no es la adecuada para acompañarla por toda la vida, déjela cuanto antes, sin dudar. Si encuentra las cualidades fundamentales que está buscando, comprométase y luego cásese.
No es magia, suerte o milagro, son actitudes inteligentes. En la Terapia del Amor usted aprende qué hacer para conquistar una pareja o cómo hacer para que su marido/esposa se convierta en lo que usted siempre soñó. Lo esperamos este jueves a las 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070.
El amor renació después del sufrimiento
Leonardo y Nancy se casaron porque apostaron al amor, pero la relación terminó siendo un completo desastre. “Al principio todo parecía estar bien, hasta que de a poco empezaron las peleas, que fueron creciendo en intensidad con el paso del tiempo. Él se enojaba y no me respondía, por eso yo le tiraba con alguna cosa para que reaccionara, no soportaba que no me hablara. Como respuesta, él buscaba hacerme sentir mal delante de los demás”, dice Nancy.
Esta situación de humillaciones y peleas desembocó en infidelidad. “Empecé a juntarme con una vecina que, al conocer mi situación, me decía que saliera, que lo engañara, que viviera la vida. Le hice caso, le fui infiel y las peleas fueron cada vez más fuertes”, reconoce ella.
Leonardo empezó a salir con sus amigos todo el fin de semana para no pasar tiempo con Nancy: “Salía, tomaba, le fui infiel, hacía cualquier cosa, supuestamente vivía la vida, pero comencé a sentirme mal, estaba deprimido y pensaba en matarme. Durante un año nos separamos, cada uno tuvo una pareja aparte. Yo odiaba a Nancy, cuando la veía, no quería darle dinero. Cada vez que nos cruzábamos había problemas”, reconoce.
A pesar de desearla, Nancy sufrió mucho la separación. “Me deprimí mucho, no aguantaba la soledad. Empezamos los trámites del divorcio, pero en la última instancia no me presenté, dentro mío estaba la esperanza de reconstruir la relación. Fue en ese entonces que conocí la Terapia del Amor. Ahí decidí buscar mi felicidad y curar mi interior. Gracias a Dios, la perseverancia y el esfuerzo dieron resultado. Hoy somos compañeros, amigos, renovamos nuestros votos en la Terapia. Somos muy felices, el cambio que hubo en los dos es increíble”, finalizan.
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