1º MIEDO – Del mañana, de los problemas, de los desafíos, de la vida, de las personas, del mal, de volver a la práctica de las viejas cosas, de la vieja vida…el miedo tiene el poder de paralizar a la víctima y, consecuentemente, a su vida también.
2º RENCORES – No quiere perdonar a quien lo decepcionó, hirió, se cree con derecho a alimentar ese rencor en el corazón contra alguien o incluso contra sí mismo. Guardar rencor contra alguien es como tomar veneno y esperar que el enemigo muera. No es inteligente, ¡de ninguna manera!
3º MALOS OJOS – Ve todo con malos ojos, solo mira el lado negativo de sí mismo, de las personas y de las circunstancias. Todos los maliciosos se tornan personas pesimistas, negativas y aisladas.
4º ACOMODACIÓN – Quiere que sucedan cosas diferentes sin buscar la forma…y lo peor, deja de hacer hoy lo que está a su alcance. Consecuentemente, cuando llega el día siguiente, nada diferente sucede.
5º ORGULLO – No reconoce sus errores, no está apto para oír, aprender, se cree poderoso, autosuficiente, es arrogante. Quienes piensan que lo saben todo, que lo pueden todo, son los que en el fondo no saben y no pueden nada.
6º REBELIÓN – Es algo devastador y su repercusión es extensa, de tal modo que es de los más graves pecados cometidos hasta la fecha. No encare la rebeldía de ánimo leve, pues ella es, nada más, nada menos, ¡que la desobediencia directa a Dios! Es oponerse a Él como a Su Palabra, a Su Dirección, rechazando a quien Él constituyó como Su portavoz, a Su Mandamiento o a un Pedido de Dios, equiparándose al propio diablo. Todo rebelde es desobediente y mentiroso.
7º DESEO DE VENGANZA – Quiere que los demás paguen por el mal que le hicieron o por el bien que dejaron de hacerle. Todo vengativo es amargado, nadie tiene el derecho de vengarse porque nadie es perfecto.
8º DUDAS – De sí mismo, de las personas y de Dios, de sus objetivos y sueños. La duda ha sido el mayor destructor en la Historia de la Humanidad. Todo se construyó creyendo y todo se destruyó dudando.
9º ENVIDIA – De los demás…Se compara con los otros, tiene baja autoestima. Quien se compara con los demás es porque, lamentablemente, no se valora, en realidad, no cree en sus talentos y capacidades.
10º CONDENACIÓN – Personal o de otros… Condenarse o condenar a alguien es lo mismo que lanzar su presente, futuro y eternidad en la oscuridad de una prisión.
11º HIPOCRESÍA – Buscando solo la satisfacción de sus propios intereses, haciendo todo lo que fuera necesario para eso…pues, cuando usted da mal testimonio, no obedece, no practica, no es justo y no prioriza a Dios por sobre todas las cosas, está viviendo una vida hipócrita, de mentira.
12º INGRATITUD – Para con Dios, para con los demás y para consigo mismo. Esta falta de reconocimiento del bien que le hicieron o de la ayuda que le fue concedida, hará que usted también sea blanco de ese mismo tipo de tratamiento, generando más ingratitud a través de la suya.
Aquí está la razón por la que estas semillas tienen que ser arrancadas, pues las mismas no fueron sembradas por el Espíritu de Dios. Espero que usted que tiene una de estas semillas malignas, las arranque de dentro de sí ahora mismo, allí mismo donde usted está. Pues, el Señor Jesús dijo:
Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Mateo 15:13
Vaya a un lugar en donde usted pueda estar solo, tranquilo, hable con Dios en Oración sobre esas semillas y arránquelas de su corazón y mente.
Y preste atención a esta simple e importante alerta, que debe tener siempre presente en su vida: si cada uno de nosotros no arranca esas semillas del mal de su propio interior, acabaremos por ser arrancados del Reino de Dios, porque esas semillas fueron plantadas por el mal, el cual no tiene lugar ni entrará en el Reino de Dios.
Colaboró: Obispo Júlio Freitas