Una foto publicada en Facebook hace algunos días ha adquirido más importancia en América Latina. En ella, una joven, aparentemente desesperada, abraza a un muchacho inconsciente en la cama de un hospital (en la foto abajo). En el texto de la publicación original la mujer dice: “mi hermano está muriendo en el hospital por tener cáncer. Si usted no se avergüenza no siga adelante sin comentar amén y ponerle ‘me gusta’”.
La imagen ya fue compartida centenas de veces. La primera publicación recibió más de 500 mil ‘me gusta’ y 210 mil comentarios, la mayoría de ellos con la palabra “amén” y deseándoles fuerzas a las dos personas en la foto, según el periódico español ABC.
Sin embargo, de acuerdo con el mismo periódico, la foto compartida fue extraída de una película pornográfica, como una broma en una red social. Sin saber del hecho, miles de personas ya le pusieron ‘me gusta’ y compartieron la imagen. Creyeron que se trataba de una persona que realmente estaba enferma. Consumieron lo que Internet proporcionó sin reflexionar sobre la veracidad de la información o incluso la utilidad de comentar y darle ‘me gusta’ a eso.
Internet, así como la televisión, la radio, las revistas, el cine y tantos otros medios de comunicación, transmiten millones de informaciones todos los días. Todas ellas no son verdaderas. Algunas, aun siendo verdaderas, no tienen ninguna utilidad. Por lo tanto, es necesario elegir bien qué consumir en la red.
“Le corresponde a usted, como consumidor, decidir por sí mismo qué información realmente lo hace mejor, lo capacita o lo ayuda – y cuál simplemente es basura, manipulación o pérdida de tiempo”, orienta el escritor y disertante Renato Cardoso.
Evalúe la calidad de la información que recibe
Todo lo que el hombre consume ocupa espacio en su cerebro. Según Renato, lo que entra por los ojos y oídos, además de ocupar el cerebro, también consume energía vital de cada persona.
“Entonces, usted va sumando cuantas cosas deja entrar a través de sus ojos y oídos en su cabeza, en su mente, y verá entonces el volumen de información que recibe diariamente. Solamente el volumen de todo eso ya es algo difícil de administrar; porque usted es uno solo, su mente es una sola. Pero, más allá de todo eso, además del volumen de información, también está la cuestión de la calidad de la información. Si lo que usted deja entrar a su mente es algo bueno, entonces genial, excelente. Pero si es algo malo o simplemente inútil, no es bueno ni malo, pero inútil, entonces eso es pésimo para usted”.
Según el escritor, lo que la persona consume y ocupa lugar en la mente forma sus pensamientos. Y son los pensamientos los que guían a las actitudes. Luego, cada uno es lo que ve, oye y retiene.
Sabiendo que Dios habla con las personas a través de los pensamientos – y no de los sentimientos como algunos creen -, se vuelve difícil para Él expresarse en un lugar tan lleno ya de información inútil o vulgar.
Por eso el disertante destaca que es necesario dejar la mente libre de cosas mundanas para llenarla con contenido que nos acerque a Dios. ¿Quiere saber más sobre el tema? Haga clic aquí y lea la opinión completa de Renato Cardoso sobre el asunto.
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