Muchas personas limitan la fe o la creencia en el poder de Dios, porque no creen que para Él nada sea imposible. Para la jubilada Francisca Andrade, de 66 años, (en la foto al lado) todo lo que le quedó fue creer que Dios podía realizar un milagro en su vida. Después de que su salud se debilitara y de que sufriera un accidente que casi le quitó la vida, ella no dudó de que estaba teniendo una nueva oportunidad.
Cierto día, por la mañana, Francisca estaba haciendo sus quehaceres en su casa cuando repentinamente se desmayó. Quedó inconsciente y fue socorrida por los vecinos. En el camino hacia el hospital, sufrió dos paros cardíacos. Llegó al lugar en estado de coma y fue internada en terapia intensiva. Ella se despertó al día siguiente sin saber lo que había sucedido y recibió la noticia de que tenía diabetes en un estado muy avanzado. El médico le recetó medicamentos para el corazón, para la presión arterial, para el colesterol y para controlar la diabetes, además de la restricción de alimentos. Ella se recuperó rápidamente y luego obtuvo el alta del hospital.
Casi un mes después del comienzo del tratamiento, recibió la noticia de que la diabetes la estaba dejando ciega. “No veía nada más con el ojo derecho y después de seis meses perdí la visión del otro ojo. Fue un momento de mucha tristeza para mí. Comencé a depender de otras personas, me caía mucho y me lastimaba”, cuenta.
Francisca ya frecuentaba la Universal. Sin embargo, su fe se hizo más fuerte, porque comenzó a realizar la cadena de cura e intensificó sus oraciones y propósitos. Fueron dos años perseverando en la fe, superando las dificultades y los problemas que surgían para debilitar su creencia en el milagro. “Obedecí lo que la fe me pedía. Después de dos años, estaba curada de la diabetes y nuevamente volví a ver. Los médicos no lo creían, porque mi caso era irreversible”, cuenta.
Un año después, cuando todo parecía estar bien, ella sufrió un accidente de tránsito. Fue atropellada por una moto, sufrió un traumatismo de cráneo y varias heridas en el cuerpo, además de haber perdido parte del labio inferior. Ella quedó en coma por un mes en el hospital.
Su estado era grave, los médicos no tenían nada más que hacer. Francisca quedó en estado vegetativo, alimentándose por sonda. Recibió el alta y fue trasladada nuevamente a su casa, donde tuvo acceso a equipos de hospital, del tipo home care. Francisca estuvo dos meses más en coma, sin la posibilidad de volver a tener una vida normal. “Después de tres meses de haber estado inconsciente, desperté con muchos dolores de cabeza y con la sensación como si me estuviera cayendo a un abismo. Los médicos les dijeron a mis hijos que yo quedaría con varias secuelas”.
Los especialistas explicaron que su cerebro estaba muy inflamado y que ese aumento de tamaño podría llevarla a la muerte. “Yo le pedía a mi hijo que me llevara a las reuniones, pero estaba sin ánimo. Me quedaba sentada, solo escuchando la reunión, vivía atontada”, explica.
“El médico me dijo que no sabe cómo estoy viva, porque el golpe en la cabeza fue muy fuerte, era imposible que sobreviviera”, recuerda.
Participando de las reuniones de cura, ella comenzó a creer que Dios ya había hecho el milagro, porque estaba viva. Francisca se recuperó completamente. Hoy tiene una vida saludable y sin secuelas. Ella cree que Dios le dio una nueva oportunidad, por eso hace todo en su día a día con mucha alegría.
Traumatismo de cráneo
Se caracteriza por cualquier golpe en la cabeza y puede clasificarse como leve o grave. Causas comunes de traumatismo de cráneo son los accidentes automovilísticos, atropellamientos, caídas, perforación de cráneo y accidentes ocurridos durante una práctica deportiva. Según Darío Birolini, médico y profesor titular de cirugía de trauma en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo (USP), en Brasil.
Síntomas
Pérdida de la consciencia/desmayo; dolor de cabeza intenso; sangrado en la cabeza, por la boca, por la nariz o por los oídos; disminución de la fuerza muscular; somnolencia; dificultad en el habla; alteraciones en la visión y en la audición; pérdida de la memoria; y estado de coma.
Esos síntomas pueden demorar hasta 24 horas en aparecer. Por ese motivo, siempre que algún individuo se golpee fuertemente la cabeza con algo o con alguien, el mismo debe observarse atentamente dentro de ese período, de preferencia en un hospital.
Una reunión dirigida para quien sufre una enfermedad, dolores o problemas de salud persistentes. Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
[related_posts limit=”17″]