Legalmente, poco es lo que se necesita para firmar un divorcio. De esta manera, el 19 de octubre pasado, solo fue suficiente un bolígrafo y 14 segundos para que la cantante inglesa Cheryl Fernandez Versini se divorciara del francés Jean Bernard Fernandez Versini, dueño de un restaurante en París. Del resto, los abogados se ocupan.
La facilidad para la separación judicial de un matrimonio es tan grande que muchas personas banalizan la unión en virtud a eso. No funcionó, sepárese.
La propia Cheryl ya había estado casada con el jugador de fútbol Ashley Cole, de quien se divorció en el 2010 alegando infidelidad. Sobre Jean Bernard la cantante afirma que él tiene un comportamiento irracional, y que el estrés en la relación incluso afectó su salud, haciéndola perder peso.
Cheryl se casó por primera vez después de 8 meses de noviazgo; con su segundo ex marido estuvo de novia 3 meses y medio antes de casarse. Según el periódico Daily Mail, Cheryl incluso no sabe hablar francés y Jean Bernard se comunica muy poco en inglés.
Para complicar aún más la situación, gran parte de la prensa inglesa ha dado la noticia de que la cantante estaría embarazada, pero no de su ex marido, sino del cantante Liam Payne, de la banda británica One Direction.
El matrimonio es algo serio
“Las personas hasta quieren ser felices en el amor, algunas buscan hacer todo bien, pero, lamentablemente, por no saber lo que una relación sentimental realmente significa en sus vidas, terminan viviendo de relación en relación”, quien afirma esto es la escritora Cristiane Cardoso, autora del libro “Matrimonio Blindado”.
De acuerdo con el marido de Cristiane Cardoso, el también escritor Renato Cardoso, ese es un comportamiento perjudicial. Después de todo, el matrimonio fue creado para durar toda la vida. Sin embargo, para que eso suceda, uno necesita conocer bien al otro y entender que la lógica de la unión es siempre dar lo mejor de sí mismo, y no solo exigirle al compañero.
“No se puede errar en la interpretación. La idea de Dios para el matrimonio fue que el hombre sirviera a la mujer y viceversa. Una competencia saludable de quién le haría más bien al otro. Eso es amor de verdad”, afirma Renato. “Muchos se han casado pensando en servirse de la otra persona, no en servirla. Y es por eso que pronto llegan las exigencias. El enfoque está en recibir, no en dar. Ser servido en vez de servir. Una disputa de egoísmos.”
Para que el matrimonio sea tomado en serio por las parejas, ellas necesitan saber sacrificar su voluntad por la voluntad de la pareja. Al contrario de lo que la facilidad de las legislaciones sugieren, el divorcio no debe ser tratado como algo común. Por eso es importante conocer bien a la otra persona antes de casarse. “El amor se desarrolla a lo largo de una relación en el que las personas se van conociendo y descubriendo cualidades una de la otra, lo que las llevan a la conclusión de ‘quiero pasar el resto de mi vida con esa persona’“, explica Renato. Para él, las consecuencias de un matrimonio precipitado pueden ser desastrosas: “Un matrimonio que no funcionó, un amor perdido, un divorcio sin necesidad. No estamos refiriéndonos a pequeños problemas.”
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