La mayoría de las personas eliminan de sus pensamientos la posibilidad de sufrir cualquier tipo de accidente. Claro, a nadie le agrada pensar en momentos desafortunados que podrían llegar a ocurrirle a uno mismo o a algún ser querido. Si embargo, vivimos en un mundo en el que es muy difícil que no nos topemos, en algún momento de la vida, con una situación que nos haga pensar si realmente hicimos lo que debíamos para evitarlo.
Entendemos por accidente al “suceso imprevisto que altera la marcha normal o prevista de las cosas, especialmente el que causa daños a una persona o cosa”. Este suceso, o la suma de varios, ocurren por las condiciones físicas inseguras presentes en un ambiente o por los actos inseguros que realizan las personas. Siendo esta última consecuencia directa de la falta de conocimiento sobre las medidas de seguridad o del simple hecho de no acatar el cumplimiento de las mismas.
Ahora bien, ¿cómo evitamos que se produzca un accidente?, ¿existe alguna manera de que no nos lamentemos por lo que no hicimos? Se pueden disminuir las probabilidades de que este suceso ocurra de la siguiente manera:
– Debemos tomar una actitud de seguridad siempre
– Permanecer en un estado de alerta ante los posibles riesgos presentes en el ambiente
– Transmitir todo lo relacionado con la prevención de accidentes a nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.
– Enseñe a los más pequeños sobre prevención
– Aprenda cuál es la manera correcta de actuar ante una emergencia
– Respete y exija que se respeten las normas de seguridad
– Capacítese para practicar primeros auxilios.
Realizar las actividades diarias en un estado de alerta y de prevención está a nuestro alcance y no tiene costo alguno. Recuerde siempre, los accidentes son causales de daños materiales, pérdidas económicas, lesiones graves o leves.
En este momento… ¿está seguro? Realice una breve inspección ocular buscando las posibles condiciones inseguras. ¡Si detectó un riesgo, corríjalo, estamos a tiempo!
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