Cada detalle llama la atención en el Templo de Salomón. Todo es debidamente pensado y planeado para que todos los visitantes sean acogidos de la mejor forma posible. Para eso, los levitas intervienen en todo momento para auxiliar y servir a todos los que llegan al lugar.
Ellos auxilian a los obispos durante las reuniones para que todo funcione bien. Sin embargo, al igual que los obreros, ellos también son responsables de ayudar a las personas que llegan buscando soluciones para sus problemas.
En total, más de 500 levitas trabajan voluntariamente en favor de la Obra de Dios. La gerente financiera Aline Serra Oliveira, de 33 años (foto), es levita desde la inauguración del Templo de Salomón. Cuando el lugar aún estaba siendo construido, ella pasó por una serie de entrevistas y fue seleccionada con su esposo para formar parte del grupo. Cuando recibió la noticia de que fue aprobada, ella no logró contener las lágrimas. “Noté la gran responsabilidad que tenía y me sentí incapaz de realizar tal Obra, pero sabía que, si Dios me había llamado, entonces Él me capacitaría”, recuerda.
Aline integra la Universal hace 12 años y trabaja como levita hace dos. Todavía se acuerda de los preparativos para su consagración de levita. En la semana que ocurrió el gran día, su esposo necesitó pasar por una intervención quirúrgica. Aún con tantas dificultades, el día de la consagración, ambos estaban en la ceremonia que fue realizada por el obispo Edir Macedo. “Fueron días muy difíciles, pero vi el gran cuidado y amor que Dios tiene por nosotros”, cuenta.
Ser un levita exige de la persona un compromiso con la Obra de Dios y, sobre todo, con las personas. Todos los días, miles de visitantes llegan al Templo de Salomón buscando ayuda y los levitas son los primeros que ellos encuentran. Por eso es necesario tener responsabilidad para recibirlos de la mejor manera posible.
No es solo dentro del Templo que ellos auxilian a las personas. Hay un grupo llamado “Levitas en Acción”, que es el grupo de evangelización de los levitas. Ellos salen por las calles, plazas y parques para llevar la Palabra de Dios. “Ser levita es tener una vida de disciplina, una vida dedicada al Señor Jesús. Es necesario estar dispuesto a servirlo de la mejor forma, independientemente del lugar, siempre preocupado con el bienestar de las personas”, concluye Aline.
Participe
Es necesario ser miembro de la Universal y bautizado en las aguas para ingresar en el discipulado, una especie de integración que le permite al candidato conocer las áreas de acción del grupo y elegir la más indicada de acuerdo con su disponibilidad.
[related_posts limit=”17″]