Abel ofreció un sacrificio mejor que su hermano Caín. Abel fue aceptado por Dios y Caín no. Caín ofreció ofrendas de sacrificio, pero Dios aceptó solo la ofrenda de Abel. ¿Por qué el Señor creó la ley de las ofrendas de sacrificio? ¿Usted ya pensó en eso? ¿Por qué Dios exige sacrificios para responder a las personas?
Antes de que usted entienda el sacrificio, necesita comprender una cosa: la fe es lo que justifica a la persona; la fe es el elemento que salva. Jesús curó a muchos enfermos y decía: “tu fe te ha salvado”. Por medio de la fe, la persona encuentra la justicia, el perdón, el merecimiento. Dios es Espíritu y Él no acepta nada que esté fuera de los parámetros espirituales. Dios no acepta nada que sea físico, Él acepta solo lo que es espiritual, porque Él es Espíritu. Él no usa lo mismo que nosotros, hombres, seres materiales, usamos aquí. Entonces, ¿por qué Él pide ofrendas de sacrificio?
El camino que Dios trazó, el plan para la Salvación humana es fácil. Para las personas que son sinceras es fácil, pero para las hipócritas, que fingen, que aparentan, no es fácil. Ahí es que está el quid de la cuestión.
Dios creó las ofrendas de sacrificio para que, justamente en el Altar, ellas prueben quienes son las personas, quienes está allí delante de Él: hipócritas o sinceras.
Porque, cuando la persona es hipócrita y hace una ofrenda de sacrificio como la de Caín: no es aceptada.
Pero si la persona es sincera, ella hace un sacrificio que agrada a Dios y que es aceptado por Él. “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda al Señor. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró el Señor con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.”.
Las personas que critican los sacrificios que ofrecemos a Dios se levantarán fuertemente contra nosotros, pues la ofrenda de ellas no es aceptada y la nuestra sí. Pero la culpa no es de Dios, la culpa es de ellas, porque fingen e intentan aparentar algo que ellas no son.
Abel no tomó cualquier cosa, él buscó las primicias, las mejores ovejas, esas que ya pertenecían al Señor. La ofrenda de Abel estaba cargada de fe, de sinceridad. Abel reconocía, respetaba y temía a Dios. Es ahí que está la diferencia.
Entonces, ¿por qué Dios creó la ley de los sacrificios? Para probar la fe que las personas están colocando en el Altar. Porque es la fe la que salva, que trae justicia, que hace que las personas sean merecedoras. Si la fe es sincera, esa fe hace que seamos justificados. Porque es una fe que agrada a Dios. La fe que hace a la persona ser justa.
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