Había una vez, en una linda ciudad japonesa, una pareja. Ellos vivían normalmente, conversaban como cualquiera lo hace.
Un día, la esposa quedó embarazada y tuvo hijos, y se empeñó mucho en el cuidado de ellos. El marido, celoso y de malhumor, simplemente dejó de hablarle, que continuaba hablándole normalmente.
Los años fueron pasando, los hijos fueron creciendo y el padre hablaba con ellos – sí, eran tres hijos -, pero con la madre, ninguna palabra. Y durante 20 años fue así. Solo ella hablaba y él tan lleno de celos, no lograba hablar con ella.
Hasta que un día alguien pensó en un plan para cambiar la situación. Se planeó un encuentro en un lugar muy especial para ellos: el parque donde se conocieron. Allí, después de algunos segundos de silencio, el marido no resistió y dijo:
“Parece que hace tiempo que no hablamos. Estabas tan preocupada con los niños. Yumi, hasta ahora, pasaste por tantos problemas. Estoy agradecido por todo lo que has hecho.”
Sí, el nombre de la esposa que soportó casi dos décadas de silencio del marido es Yumi, y ella no es un personaje de ficción. Ella existe y su historia es real. El caso sucedió en la ciudad de Nara, antigua capital de Japón, y el callado marido es Otou Katayama.
El encuentro fue organizado por un programa de televisión del lugar.
“Cuando los niños vinieron al mundo, mi mujer estaba muy involucrada y ocupada con ellos. Yo estaba celoso. Estaba de malhumor”, contó el marido. El peculiar caso fue publicado en el sitio inglés The Mirror.
Pero, a pesar de que el motivo del silencio haya sido motivado por el nacimiento de los niños, los hijos resaltaron que, con ellos, el padre conversa normalmente.
Pero ¿por qué, en vez de callarse con la esposa, él no conversó sobre lo que le molestaba?
El castigo del silencio
El conductor del programa “The Love School – La escuela del Amor”, Renato Cardoso, relata en el libro “Matrimonio Blindado” como usó, equivocadamente, en los primeros años de matrimonio, el silencio como una forma de castigo a la esposa, también conductora del programa, Cristiane Cardoso. “Crecí viendo a mi padre lidiar con los problemas entre él y mi madre, cerrándose con ella. Toda mi infancia fue así. Si mi madre hacía algo que le desagradaba, mi padre la “castigaba” con la indiferencia. Dos, tres o cinco días. Lo más largo, crea si quiere, fueron 8 meses”, recuerda el conductor. Pero, incluso odiando la actitud del padre, ¿adivine lo que sucedió cuando se casó? Renato le hacía lo mismo a su esposa.
La solución vino cuando él comprendió lo que había detrás del comportamiento e hizo ajustes para lidiar con la raíz del conflicto, atacando el problema y no a la persona.
Renato recuerda que, incluso discutiendo y “estando mal” con su cónyuge por algunas horas o algunos días, tarde o temprano la persona tendrá que hacer las paces nuevamente, entonces ¿por qué no ahora? Ahorre dolores de cabeza, malas caras y la indiferencia. Soluciónelo de manera rápida. Hable sobre lo que tiene que hablar, escuche lo que tenga que escuchar, use la cabeza, y llegué a un acuerdo. Pero asegúrese de dos cosas: no lo deje para después y todo debe terminar en besos.”
Una de las enseñanzas transmitidas por los conductores, y que más ha ayudado a miles de parejas, es la de los “10 pasos para solucionar los problemas”, descripto en el libro “Matrimonio blindado”.
Además de eso, todos los jueves a las 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070, se realizan las reuniones de la Terapia del Amor, en la que parejas y solteros aprenden los secretos para una relación feliz. Participe. O en las sedes de la Terapia.
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