Jesús ha sido como un bondadoso salvavidas en un domingo soleado en la playa. Pero, después del susto del ahogo, vuelve la rutina de los riesgos nuevamente. Esa ha sido la tónica de la mayoría de los cristianos. Lo quieren como siervo, no como Señor. Lo usan como objeto de sus voluntades, no como siervos de Su voluntad.
¿Qué tipo de Persona ha sido Jesús para usted, lector amigo? ¿Salvador o Señor?
Desgraciadamente, Él ha sido, de forma injusta y cruel, rechazado como Señor. No quieren renunciar a sus voluntades, aunque para eso tengan que convivir con su vida vieja y arruinada. Quieren ser limpios, pero no quieren abandonar el chiquero repleto de cerdos. E incluso tienen el descaro de recitar Sus promesas, como si eso resolviera algo.
¡Ni sus males los ha despertado del sueño de la muerte eterna!
A causa de eso, cargan en sí el espíritu de los profetas viejos y de la hipocresía.
¿Es posible continuar en sus delitos y pecados y nacer del Espíritu Santo? No, no lo es. ¿Qué diferencia hay entre ellos y los demás religiosos?
“¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?” Mateo 23:33
A los verdaderos siervos, mi sugerencia es: guarden pura la conciencia para que su fe no sea hipócrita y sean también considerados como generación de víboras.